jueves, 13 de octubre de 2011

Un año

No lo puedo creer. Ya va a ser año desde la última entrada que publiqué en este blog. Cuando lo hice, si bien advertí que desaparecería un rato, nunca creí que sería un año. Muchas cosas han pasado en ese año, pero la más importante es que estoy a punto de ser madre. Sí: en máximo siete semanas mi vida cambiará para siempre. Bueno, mi vida ya cambió desde que me enteré de mi embarazo. Alguna vez leí en algún lugar que las mujeres somos madres desde el minuto en que quedamos embarazadas. Y creo que de cierta forma es cierto. Desde luego, la experiencia de la maternidad no la conoceré hasta tener en mis brazos a ese pequeño ser que actualmente habita en mi vientre, mi pequeño o pequeña habitante. Pero, en cierto modo, el hecho de saber que un ser crece en mi interior, de portarlo durante tantos meses, me ha creado una cierta conciencia que no tenía antes.

Esas son las noticias. Y qué noticias, ¿no? Si bien sé que estas no justifican mi ausencia de casi 12 meses de la blogósfera, sí la explican en parte. En un principio fueron otras razones las que me mantuvieron alejada: exceso de trabajo, cansancio y ganas de desconectarme un rato. Después, sí, vino la noticia de mi embarazo y los primeros tres meses de síntomas que me tuvieron en calidad de bulto todo el día. Los síntomas desaparecieron afortunadamente en junio, pero desde entonces he tenido la cabeza en otra parte. De hecho, en estos meses tampoco he leído nada de literatura. Simple y sencillamente, no puedo concentrarme ni entrar en las historias. Puedo leer sobre el embarazo, puedo leer revistas y periódicos sobre la actualidad, pero las novelas y los cuentos me cuestan trabajo. Mi mente se distrae fácilmente. Dicen que es normal en este estado. Como saben, en este blog siempre he procurado escribir e investigar sobre temas interesantes que me intrigan, pero mi cabeza no ha estado para eso. Ya con el trabajo tengo bastante.

Tengo algunas entradas inacabadas (una de ellas está prácticamente acabada) que escribí hace tiempo. Quizá las publique en los próximos días y semanas, pero no prometo estar muy activa por aquí, pues apenas viene lo mejor: el nacimiento del bebé. Y estoy segura de que durante los primeros meses tampoco tendré cabeza, ni mucho menos tiempo, para bloguear. Y la cosa es que no quiero convertir este blog en una bitácora personal. Quiero que Tripodología Felina siga teniendo el mismo eje temático que hasta ahora ha tenido. Pero sé que tarde o temprano lo retomaré de lleno. Solo espero que para entonces alguien todavía me lea.