domingo, 31 de agosto de 2008

The Great Debaters

The Great Debaters (2007), dirigida y protagonizada por Denzel Washington, es una película basada en la historia real de Melvin B. Tolson. Considerado uno de los mejores poetas afroamericanos, Tolson fue profesor durante los años treinta en el Wiley College, una pequeña universidad negra del sur de Texas. No eran tiempos fáciles para los negros del sur de Estados Unidos, ya que las leyes de Jim Crow estaban vigentes y la segregación racial estaba en su apogeo. En ese contexto, Tolson, interpretado por Washington, organiza con sus alumnos un grupo de debate que compite contra otras universidades de Texas y de otros estados. Entre los jóvenes que forman el grupo se encuentra James Farmer Jr., quien años más tarde se convertiría en uno de los líderes del Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos. Creo que todavía no sale en el cine, pero vale la pena que la vean cuando salga o se topen con el DVD. A pesar de ser algo predecible, es una buena historia que inspira y rinde homenaje a los movimientos de lucha social. Por lo demás, está coprotagonizada por otro gran actor que es Forest Whitaker.

Además de recomendar la película, quiero comentar dos “cuestiones etimológicas” que se mencionan en la película. Por un lado, Tolson les dice a sus alumnos que la palabra “denigrar” viene del latín niger que significa negro, y que de ahí se originó denigrare, “poner negro”. Es cierto: denigrare se usaba en sentido literal como “poner negro” o “manchar”, y más tarde empezó a usarse en sentido figurado como “desacreditar” o “manchar la reputación de alguien”. El problema es que por la forma cómo lo dice y el contexto en el que lo hace, el personaje interpretado por Washington insinúa que se trata de un término ofensivo. Dado el carácter popular del cine, los espectadores pueden hacerse una idea falsa y ver injurias donde no las hay. A ver si a los partidarios de la corrección política no se les ocurre condenar y censurar la palabra.

Por otro lado, Tolson les dice a sus alumnos que la palabra “linchar” (lynch) viene de Willie Lynch, un propietario de esclavos de las Indias Occidentales. Según él, Lynch fue invitado a Virginia por algunos dueños de esclavos para que les enseñara sus métodos para controlar a sus esclavos. Los métodos de Lynch eran muy simples, pero diabólicos: mantener al esclavo físicamente fuerte, pero psicológicamente débil y dependiente de su amo. Esta versión del origen de la palabra “linchar” está basada en un texto que apareció en Internet en 1993 y que supuestamente es el discurso que Willie Lynch dio en Virginia. Sin embargo, hace varios años se demostró que tanto el discurso como la historia era un bulo. Así que no solamente la mención es un anacronismo de la película (el texto del discurso apareció en los años noventa), sino que además contribuye a difundir un mito lingüístico.

Aunque existen muchas teorías acerca del origen de “linchar”, todo parece indicar que la palabra sí viene de un apellido. Una de las versiones más aceptadas es que proviene del Capitán William Lynch (1742-1820) de Virginia, quien dirigió un comité de vigilancia para mantener el orden durante la Guerra de Independencia. Otras fuentes señalan que el término proviene de Charles Lynch (1736-96), un magistrado también de Virginia que persiguió y encarceló tories (partidarios de los británicos) en su distrito. En todo caso, el término está asociado a la “Ley de Lynch” (1811) y se refiere a cualquier tipo de procedimiento sumario por el cual la multitud puede aprehender a un criminal, juzgarlo, condenarlo y ejecutarlo en el acto.

viernes, 29 de agosto de 2008

Soft Language

En relación con la última entrada, me topé con este video de George Carlin que, con mordacidad, habla del fenómeno de lo políticamente correcto en los Estados Unidos. George Carlin, quien murió hace dos meses, fue un célebre monologuista neoyorquino considerado como un héroe de la contractulura. Al igual que el comediante Lenny Bruce, Carlin era un renegado social que incluso enfrentó un juicio por sus "bromas indecentes".

Aquí les dejo el video en dos partes (dura 12 minutos en total). Y para aquellos que no entienden inglés, les dejo una versión subtitulada que encontré. Lo malo es que el sonido es pésimo y la traducción no es muy buena. Pero al menos se le puede entender. El monólogo es genial. No se lo pierdan.

Versión original (parte 1)



Versión original (parte 2)



Versión subtitulada


martes, 26 de agosto de 2008

El lenguaje según Microsoft

Hace unos diez años, más o menos, un ocioso –o quizás un tripodólogo felino- se puso a buscar algunos “términos espinosos” en el diccionario de sinónimos de Microsoft Word. Entre sus hallazgos encontró que la palabra “negro” tenía como sinónimos “maligno”, “siniestro” y “perverso”, y que los sinónimos de “blanco” eran “limpio”, “puro” y “occidental”. A su vez, “occidental” era sinónimo de “ario”, “civilizado” y “culto”. La palabra “indígena” tenía como sinónimos “salvaje”, “caníbal” y “antropófago”. Y el término “mestizo” era sinónimo de “bastardo”. Recuerdo que cuando escuché la noticia, yo -que también soy toda una tripodóloga felina- me puse a buscar algunas palabras y me topé con que para Microsoft los homosexuales eran “desviados” e “invertidos”, y las lesbianas "viciosas” y “pervertidas”. Como podrán imaginarse muy bien, en aquel entonces se armó la de Troya. El escándalo y las protestas fueron tales que Microsoft terminó pidiendo perdón y corrigiendo la nueva edición de su sinónimos. Por entonces Microsoft fue tildado de racista, sexista y fascista. Hoy, parece que se ha ido al otro extremo de la balanza: el de lo políticamente correcto (sobre dicho fenómeno ya di mi punto de vista en esta entrada).

En 2006 traduje del inglés la autobiografía de una madame de prostíbulo de los Estados Unidos. Por razones obvias, la novela estaba llena de lo que suele denominarse “malas palabras”. Curiosamente, cada vez que yo tecleaba el equivalente en español de alguna de esas palabras, el corrector de Word me la marcaba de rojo ya que no la reconocía. Nada más fácil que agregarla al diccionario para que dejara de marcarla. Pero el punto que me interesa rescatar es que para Word esas palabras simple y sencillamente no existen. Algunos de esos vocablos eran: prostituta, puta, pene, vagina, teta, coño, cagar, mear y caca. (Ojo: yo tengo la versión 2000 de Word, quizás eso haya cambiado en versiones más recientes). ¿Cómo es posible que para Microsoft no existan palabras que legítimamente son palabras y que además aparecen en todos los diccionarios? Además no sólo estamos hablando de palabras coloquiales y vulgares como coño y cagar, sino también de términos que suelen aparecer en los manuales de anatomía como pene y vagina.

Pero eso no es todo. El otro día me topé con una palabra que no conocía en inglés: golliwog. La busqué en Onelook, un motor de búsqueda de palabras y frases en inglés que te despliega resultados de un montón de diccionarios monolingües en línea. Por azares del destino elegí de la lista la entrada del diccionario de Encarta (que pertenece a Microsoft). Al darle clic al vínculo se me desplegó una página en la que se me advertía que la palabra solicitada contenía lenguaje considerado ofensivo, y después venía toda una letanía de que Encarta se toma muy en serio su responsabilidad de respetar el papel de los padres en la educación de sus hijos, por lo que habían clasificado el contenido de su diccionario de acuerdo con los consejos de la Asociación de Clasificación de Contenidos en Internet (ICRA, por sus siglas en inglés). Después de la advertencia tienes la opción de ver la entrada del diccionario, que obviamente fue lo que hice. Y cuál fue mi sorpresa al descubrir que golliwog no es ninguna palabra malsonante ni vulgar, ni asociada con nuestras partes íntimas, ni mucho menos. No. Golliwog es un muñeco negro de trapo. Buscando más allá en la red, leí que el Golliwog empezó como un personaje de una serie de libros infantiles escritos por la caricaturista estadounidense Florence Kate Upton a finales del siglo XIX. La autora se inspiró en un muñeco negro de trapo que tuvo en su infancia, pero hoy en día ese tipo de muñecos son considerados racistas y ofensivos. Aquí pueden leer más al respecto y ver imágenes del muñeco en cuestión.

Lo que a mí me sorprende no es que un muñeco o una imagen estereotipada provoque escándalo. Eso es bastante comprensible. Tampoco me extraña que la palabra misma sea considerada un término ofensivo por algunas personas, aunque ya empieza a costarme más trabajo entenderlo. Lo que de plano no puedo entender es que un diccionario me advierta que la palabra que estoy a punto de consultar es ofensiva. Los diccionarios suelen especificar en sus entradas que se trata de palabras vulgares, malsonantes o despectivas, pero de ahí a clasificar los contenidos y poner advertencias hay un gran trecho. ¡Nada más les falta poner que es bajo mi propio riesgo consultarla! Obviamente uno no puede esperar una gran calidad lexicográfica de una empresa como Microsoft. Sería como pedirle peras al olmo. Pero es preocupante porque para miles de personas esas son sus únicas fuentes.

Por si fuera poco, Encarta también te informa que si quieres puedes configurar tu navegador para bloquear “material potencialmente reprobable”, incluyendo entradas de diccionario que puedan ser ofensivas. Así si tu hijo quiere saber qué significa chingar, se va a tener que chingar porque no va a encontrar su significado por ningún lado. Cada quien educa a sus hijos como le da la gana, de eso no cabe duda. Pero a mí de veras no me entra en la cabeza que uno haga como si las palabras no existieran, ya sean malsonantes o “políticamente incorrectas”. Es tapar el sol con un dedo.

domingo, 24 de agosto de 2008

Frases memorables de algunas de mis películas favoritas

“All those moments will be lost in time like tears in rain”. Blade Runner (Ridley Scott)

“You see, in this world, there's two kinds of people, my friend. Those with loaded guns and those who dig”. Il buono, il brutto, il cattivo (Sergio Leone)

"War is not a war unless a brother kills a brother" Underground (Emir Kusturica)

“In a mad world only the mad is sane”. Ran (Akira Kurosawa)

"-We must work in the world. The world is thus.
-No... thus have we made the world. Thus have I made it." The Mission (Roland Joffé)

"Man is very small before the face of nature". Dersu Uzala (Akira Kurosawa)

“You're no crazier than the average asshole out walkin' around on the streets and that's it”. One flew over the Cuckoo’s Nest (Milos Forman)

“When you can't afford something, it's like really expensive, but then when you can afford it, it's like, free. It's kinda backwards, don't yah think?”. Coffee and Cigarettes (Jim Jarmusch)

“Ohhhh. These strange things happen all the time”. Magnolia (Paul Thomas Anderson)

“I'll make him an offer he can't refuse”. The Godfather (Francis Ford Coppola)

“Leave the gun. Take the cannoli”. The Godfather

"I scream-a. You scream-a. We all scream-a. For ice cream". Down by Law (Jim Jarmusch)

viernes, 22 de agosto de 2008

Adiaforocracia

A petición del Señor Gama, aquí les va otro neologismo: adiaforocracia. El término está compuesto por αδιαφορία (adiaforia, indiferencia) y κράτος (kratós, poder o gobierno). El gobierno de la indiferencia. Se trata, pues, del gobierno al que no le importan sus gobernados.

México es un caso de libro de texto. Pero estoy segura de que, tal como sucede con la anicanocracia, todos los gobiernos contemporáneos son adiaforocráticos por definición.

jueves, 21 de agosto de 2008

Anicanocracia

Si la aristocracia es el gobierno de los mejores, la tecnocracia el gobierno de los técnicos, y la meritocracia el gobierno basado en el mérito, ¿cómo podríamos llamar al gobierno de los ineptos?

La respuesta fácil sería ineptocracia, pero tendríamos un término híbrido que combina una palabra latina (ineptus) con una raíz griega (kratós). Y aunque el lenguaje está lleno de ese tipo de barbarismos (la misma palabra meritocracia es un término híbrido), queremos hacer bien las cosas. Así que el neologismo que propongo es anicanocracia, que proviene de los vocablos griegos ανίκανος (anikanos, incompetente) y el ya mencionado κράτος (kratós, poder o gobierno).

Disculparán este neologismo tan mala leche, pero estoy muy cansada porque he tenido mucho trabajo, y esta mañana fui no a uno, sino a dos bancos, y en ambos he tenido que lidiar con anicanócratas.

Nota: Para otras "cracias", pueden ver esta entrada, esta otra y
esta última. Aunque las últimas dos sean barbarismos.

lunes, 18 de agosto de 2008

Marca patito

“Marca patito” es una expresión muy pintoresca que usamos los mexicanos para decir que algo es chafa (de muy mala calidad). Es una expresión indeterminada porque la usamos para referirnos a una marca cuyo nombre desconocemos o es irrelevante, pero también es una locución adjetival que implica el bajo precio y la mala calidad de un producto o servicio. La expresión ya está consignada en el Diccionario Breve de Mexicanismos de Guido Gómez Silva, y significa “de marca poco conocida o mala”.

La lista de productos que pueden ser de marca patito es enorme: desde televisores hasta calcetines. Patito también puede referirse a instituciones educativas de cualquier grado que no son oficiales o que carecen de prestigio, y que ofrecen una pésima enseñanza. Decimos “escuela patito” o “universidad patito”. El término no implica que sean instituciones públicas, sino todo lo contrario: las universidades patito son instituciones educativas privadas, más baratas que las privadas de prestigio, pero que no tienen reconocimiento de validez oficial.

Estuve buscando si existen expresiones similares en otros países hispanoamericanos, y sí, encontré algunas. En Honduras, donde también existe la marca patito, dicen “marca pollito” o “marca incendio”. En Perú dicen “marca chancho” en el mismo sentido que nuestra patito, y “marca bamba”cuando algo ha sido falsificado o es de imitación. En España dicen “marca la cabra” y “marca la pava” (la que nunca se acaba). También encontré “marca perrito”, pero no pude rastrear su origen. Es curioso cómo casi todas estas marcas tienen nombres de animalitos. ¿Conocen expresiones similares en otros países hispanoamericanos? ¿O en otras lenguas?

miércoles, 13 de agosto de 2008

Timbuctú y otros lares

Cuando Fulanito no aparece por ningún lado decimos que se fue a Timbuctú o a la Conchinchina. Si nosotros queremos desaparecer del mapa, también podemos decir que nos vamos a esos lugares, o al Congo Belga. Así como hay expresiones para nombrar a personas indeterminadas, también las hay para lugares indeterminados. Aunque algunos nombres sí existen en la realidad, como los que ya mencioné, muchos otros no son más que inventos populares. Por lo general, estas expresiones existen para representar lugares insignificantes, remotos, aislados o en medio de la nada. Por ello, suelen adquirir connotaciones negativas.

Estos nombres existen en todas las lenguas. Los angloparlantes también usan Timbuctú (Timbucktoo) para referirse a un lugar indeterminado pero remoto (de hecho, seguramente los hispanohablantes lo tomamos prestado de ellos). Algunas veces lo exageran como “Timbuckthree” y “Timbucktwelve”. Otro nombre usado coloquialmente en el inglés estadounidense es Anytown (que significa literalmente “cualquier ciudad”). También tienen otro término que me hace mucha gracia pues es el nombre que se usa para hablar de un restaurante ficticio o hipotético: Joe’s Diner. Como lo mencioné en los comentarios de la entrada anterior, los cineastas de Hollywood tienen un país ficticio, llamado Val Verde, al que recurren cuando necesitan nombrar un país de América Central o del Sur sin meterse en problemas diplomáticos o legales.

Los franceses usan Trifouillis-les-Oies para evocar un pueblo aislado e incomunicado, en lo más profundo de la campiña francesa. También tienen Pétaouchnok que trata de imitar el nombre de una ciudad lejana de Rusia. Cuando yo vivía en Bretaña y quería hablar de un pueblo cuyo nombre no sabía o no recordaba, decía Ploumachin (pronuncíese Plumashá). Muchos topónimos bretones empiezan con Plou-, que significa parroquia (Plougrescant, Ploumanach, Plouha, etc.), y machin es una expresión indeterminada para nombrar cualquier cosa o persona (equivalente a chunche –o coso para los argentinos- y a fulano).

En Hispanoamérica hay un montón de nombres para sitios indeterminados . Todas esas expresiones las usamos para referirnos a lugares hipotéticos y que en nuestra imaginación están muy lejos, aislados o perdidos en medio de la nada. Muchas de las expresiones son coloquiales, algunas son vulgares en los países donde se usan e inclusive se pueden usar como insulto (mandar a alguien a ____). Después de una pequeña investigación, encontré los siguientes topónimos hipotéticos que usamos los hispanoamericanos. Algunos son como para morirse de la risa:

Timbuctú
Conchinchina
El Congo Belga
La Patagonia
San Juan de los Camotes (A diferencia de los primeros cuatro, éste no existe más que en la imaginación de los mexicanos).
La loma del orto (Argentina y Uruguay, me parece que es muy vulgar)
La punta del cerro
El quinto infierno
El quinto pino
La loma del queso
La loma del culo
La loma de los tomates (Argentina)
La loma de los quinotos (Argentina)
El fin del mundo
El culo del mundo
Vaya usted a saber dónde
La tierra olvidada de Dios
Casa del diablo
Casa de la Chingada
Donde el viento se dio la vuelta (México)
Donde el viento se devuelve
Donde llueve pa’ arriba
Donde el diablo perdió el poncho (creo que en Uruguay)
Donde el diablo tiró la chancla (México)
Donde Cristo dejó/perdió la bicicleta
Donde Cristo dejó/perdió la chola
Donde Cristo perdió la alpargata*
Donde se perdió Tarzán
Allá, donde cayó el avión (Esta última es muy de coyuntura)

* Nota: Según San Google, Cristo también ha perdido los clavos, el mechero, la boina, el taparrabos, la moto, el burro, las pistolas, la sandalia, la chancleta o chancla, el chaleco, el nombre, la bufanda, el flequillo...

lunes, 11 de agosto de 2008

Fulano y sus amigos

Todos los hispanohablantes conocemos a Fulano. Claro está que el Fulano que ustedes conocen, no necesariamente es el mismo que yo conozco. Esto es porque fulano es una denominación para designar a una persona indeterminada, ya sea porque no conocemos o no recordamos su nombre, o para hablar de ésta en sentido hipotético. En un momento dado, nosotros mismos también podemos ser Fulano o Fulana para alguien (mientras no sea yo “una fulana” para ese alguien, todo está bien).

Fulano, conocido también como Fulanito, tiene hermanos y primos. Cuando enunciamos a más de una persona indeterminada, Mengano, Zutano y Perengano suelen entrar en escena (
por lo general, en ese orden). De hecho, quién sabe por qué, pero rara vez se habla de Mengano, sin haber mencionado antes a Fulano. Supongo que es el jefe de la familia. También está la contraparte femenina: Fulana, Mengana, Zutana y Perengana.

El nombre de Fulano proviene del árabe folán (فلان), que quiere decir “tal”. Esto significa que su nombre completo, Fulano de Tal, es un pleonasmo. Mengano también tiene origen árabe: procede de la expresión man kan (“quien sea”), usada en documentos notariales para designar a alguien cuyo nombre se ignoraba. El origen de Zutano es más incierto. Según el DUE, la palabra proviene quizá del latín scitanus. Este vocablo parece estar relacionado con scio (saber). Sobre el origen de Perengano se sabe aún menos. El DUE señala que quizá sea una contracción de los nombres Pere o Pérez (apellido tan común en el mundo de habla hispana) y mengano.


Y hablando de los Pérez, Fulano y su familia tienen un amigo que se llama Juan Pérez y que es conocido prácticamente en toda Hispanoamérica. A la lista de parientes y amigos hispanoamericanos habría que añadir a Perencejo, Ciclano, Esperancejo, Juan y Perico de los Palotes, Tal y Pascual, Juan Pueblo, Juan de las Pitas, Juan de las Cotonas, Juan Bimba, Pedro Pérez y Juan Nadie.

Las expresiones para nombrar a personas indeterminadas existen en todas las lenguas, lo cual significa que Fulano y su clan son bien internacionales. Aquí les va una lista con algunos de sus parientes extranjeros (la lista completa la pueden ver en Wikipedia):


Alemania: Hans/Max/Otto y Erika/Elke Mustermann (Muster significa muestra o ejemplo).
Brasil: Fulano, Sicrano, Beltrano, João y Zé da Silva, Zé Ninguém, Zé das Couves, Dunha, Zpto, Seu Zé
Canadá: G. Raymond, John Jones, John Smith
Estados Unidos: Joe Blow, John Doe, John Q. Public, Joe Sixpack, Joe Botts y Vinnie Boombotz (estos dos últimos en NY), Joe Random, John Smith
Filipinas: Juan de la Cruz y Juanita de la Cruz
Francia: Jean Dupont, Paul Martin, Monsieur Durand; Pierre/Paul/Jacques. En Wikipedia no los ponen, pero en francés también he oído que mencionan a Machin, Mec, Trucmuche y Tartampion.
Grecia: Tade, Deina y Agnostos (desconocido)
India: Naamalum (desconocido)
Iran: Folani, Felani, Yaroo
Irlanda: Sean y Cile Citizen; John Murphy, Joe Bloggs,
Israel: Israel Israeli, Moshe Cohen; Ploni y Almoni (a veces combinado: Ploni Almoni)
Italia: Mario Rossi, Pinco Pallino, Tizio, Tal dei Tali, Caio, Sempronio
Polonia: Jan Kowalski, Jan Nowak
Québec: Jos Bleau (adaptación francesa de John Blow)
Rumania: Ion Popescu
Rusia: Ivanov Ivan Ivanovich, Petrov y Sidrov, Maria Ivanovna,
Sudáfrica: Koos van der Merwe, Piet Pompies, Jan Rap
Turquía: Para hombres: Ahmet, Mehmet, Ali, Veli, Osman, Hasan, Yasar. Mujeres: Ayse, Fatma, Zeynep

sábado, 9 de agosto de 2008

Fobias irreverentes

Ayer aprendí una nueva palabra: vexilología. Viene del latín vexillium, estandarte, y –logía. Es una disciplina joven que se ocupa del estudio de las banderas, estandartes y pendones. Originalmente la vexilología era una subdisciplina de la heráldica. Actualmente se le considera más como una rama de la semiótica.

El término fue acuñado en 1957 por el politólogo estadounidense Whitney Smith, y publicado por primera vez en la revista The Arab World, en octubre de 1958. Gracias a la gestión de la Sociedad Española de Vexilología, el término ya está aceptado por la Real Academia Española (aquí pueden ver su entrada). Un vexilólogo es el especialista en el estudio de las banderas, y un vexilógrafo aquel que se dedica a diseñarlas. La vexilofilia es la afición a coleccionar banderas e información sobre éstas, y supongo que al coleccionista podría llamársele vexilófilo.

Con base en todo esto, me parece legítimo acuñar el término vexilofobia, que sería "la aversión hacia las banderas y los estandartes". Una fobia que tenemos quienes somos antipatriotas, renegados e irreverentes.
Lo confieso: soy patriofóbica, y por tanto vexilofóbica.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Blooks

Blook es un neologismo que se refiere a un libro publicado en o a partir de un blog. El término es una “palabra sándwich” (crasis o “mot valise”) formada a partir de los vocablos ingleses book y blog. En muchas lenguas se ha tomado prestado el término en inglés, pero también hay algunas en las que se ha propuesto uno nuevo. Por ejemplo, en francés existe el vocablo blouquin, palabra sándwich que resulta de la contracción de blogue (blog) y de bouquin (término coloquial para libro). En español parece que todavía no hay un consenso sobre cuál debería ser el término (en la versión española de Wikipedia ni siquiera hay una entrada para blook), pero he encontrado en Internet el uso de dos palabras: blogibro y liblog, siendo ésta última la que aparece con más frecuencia. El problema de liblog es que, además de ser difícil de pronunciar, se parece mucho a litblog, otro neologismo inglés que resulta de la contracción de literary blog y que se usa para designar un blog especializado principalmente en literatura. Blogibro tampoco me parece una palabra tan fácil de digerir, pero al menos me suena más a español. ¿Qué opinan?

En todo caso, según el Wiktionary, blook puede referirse a tres tipos de libros: un libro que se publica por entregas en un blog, un libro sobre blogs y un libro impreso cuyo contenido había aparecido primero en un blog. El primer tipo de blook fue popularizado por Tom Evslin en 2005, con el lanzamiento de hackoff.com, una novela de suspenso que se puede leer o escuchar. En el mundo hispano, tenemos ejemplos como el de Agustín Cadena, quien recientemente editó en línea su blognovela (como él mismo la llama) Cadáver a solas, que originalmente había sido publicada en 1995 por la Editorial Joaquín Mortiz.

En cuanto al blook como recopilación de entradas publicadas primero en un blog, hay algunos ejemplos que han tenido mucho éxito en los Estados Unidos como Burning Bagdad de Riverbend y Salam Pax, que describen la vida en Irak en tiempos de guerra. En español también hay varios blogs que han traspasado la pantalla para convertirse en libros, como Mi vida perra: diario de una treintañera cualquiera (2005), que nació del blog de Almudena Montero, y Más respeto que soy tu madre del escritor y periodista argentino Hernán Casciari.

Los libros basados en blogs han tenido tan buena recepción que ya hasta hay un premio. El Lulu Blooker Prize se creó en 2006, en conmemoración del 450 aniversario de la primera impresión de Gutenberg con tipos móviles, y otorga premios en las categorías de ficción, no ficción y cómic.

martes, 5 de agosto de 2008

Brecha digital

El término “brecha digital” se refiere a la brecha que existe entre aquellos que tienen acceso a las tecnologías digitales y de información y aquellos que no. Si bien no se ha llegado a un consenso sobre la autoría del término, las primeras menciones aparecen en la década de los noventa. El término se acuñó originalmente en inglés (digital divide) para hacer referencia a la fractura que podía producirse en Estados Unidos entre los individuos “conectados” en las zonas urbanas y los “desconectados” en las zonas rurales. Actualmente, la brecha digital se usa para referirse no solamente a individuos, sino también a grupos y áreas geográficas.

Chris Harrison, un estudiante de doctorado en el Human-Computer Interaction Institute de la Universidad Carnegie Mellon, creó una serie de visualizaciones que muestran las interconexiones de las ciudades alrededor del mundo con base en la configuración de los routers. En total llegó a contar 89,344 conexiones. Son mapas de la estructura y topología de Internet que nos permiten ver cómo realmente existe la llamada brecha digital.

El primer mapa muestra la densidad de las conexiones a Internet alrededor del mundo. A mayor contraste, mayor conectividad. La diferencia entre Norte y Sur se hace obvia de inmediato. Sin embargo, cabe señalar que el mapa sólo refleja la densidad de las conexiones y no el uso (es decir, puede que cientos de personas utilicen una única conexión en un cibercafé, que suele ser la única forma de conexión a la que tienen acceso la mayoría de las personas en los países en desarrollo, pero se mostrará en bajo contraste si no tiene muchas conexiones alrededor). El segundo mapa, que me parece aún más interesante, muestra la densidad del tráfico entre las ciudades del mundo. Aquí se los dejo. Los mapas hablan por sí solos:




Si hacen clic sobre los mapas, podrán verlos más grandes y también llegar al sitio web de Harrison.


domingo, 3 de agosto de 2008

Sueño

Soñé que estaba en una ciudad extraña. No sé si era antigua o futura, más bien era atemporal. Tampoco sé qué estaba haciendo ahí. Al asomarme por la ventana del edificio donde me encontraba, veía que las calles se estaban angostando solas. El edificio que se hallaba enfrente se estaba acercando al mío, dejando cada vez menos espacio en la calle. Preguntaba qué diablos estaba sucediendo. Y entonces me decían que la ciudad tenía un sistema de autoprotección. Cada noche las calles se estrechaban automáticamente hasta desaparecer, de modo que nadie podía entrar ni escapar.

Según el DUE:

Angostar (del lat. «angustare»)
1 tr. e intr. Estrechar.
2 (ant.) tr. Angustiar.