miércoles, 18 de febrero de 2009

Febrero loco

He tenido muy abandonada la blogósfera y les pido una disculpa. Lo peor es que aunque con esta entrada quisiera resarcirme, en estos momentos me es imposible. Este año empezó para mí con un montón de chamba. Estoy trabajando en un proyecto nuevo del que les hablaré cuando tenga oportunidad, y además tengo otros proyectitos paralelos. En vista de la crisis financiera que azota al mundo entero, quejarme sería un insulto. Me siento afortunada de tener trabajo en tiempos de crisis, pero añoro mi tiempo libre. Estoy hipersataruda y casi no me queda tiempo para las cosas que más me gustan: caminar, leer, ver películas, escribir en mi blog y visitar los blogs amigos.

Tengo muchas ideas para entradas, pero debo encontrar el tiempo para sentarme a escribir. Confío en que pronto podré organizarme mejor. Por el momento, espero que ya se termine este febrero loco, y que marzo no lo sea otro poco. (Dice el adagio popular “febrero loco, marzo otro poco” --pero se usa para hacer referencia al caprichoso clima que suele haber en México durante esos meses).

Y para que no digan que no aporté nada con esta entrada, aquí les dejo un video que me parece genial y, sobre todo, bastante surrealista.



jueves, 12 de febrero de 2009

Les presento a Monsieur de La Palice

Perogrullo, el mítico profeta de las obviedades, tiene un primo francés: Monsieur de La Palice. A diferencia de lo que sucede con su pariente español, de quien no se tiene certeza sobre su verdadera existencia, M. de La Palice sí existió. Sin embargo el que se le hayan atribuido tantas necedades se debe a una confusión tipográfica.

Jacques II de Chabannes, conocido como Jacques de la Palice (Lapalice, hoy Lapalisse, 1470-Pavía, 1525), fue un noble y militar francés, señor de La Palice, de Pacy, de Chauverothe, de Bort-le-Comte y de Héron, así como Mariscal de Francia. Estuvo en servicio durante tres reinados de Francia (Carlos VIII, Louis XII y Francisco I) y participó en todas las guerras italianas de su época. Murió en la batalla de Pavía, en la que el rey francés Francisco I quedó encarcelado.

Después de la muerte de Jacques de la Palice, los soldados que estaban bajo su mando, escribieron una canción para ilustrar la valentía de este gran mariscal durante el sitio de Pavía (1525). En la canción destacaba la siguiente estrofa:

Hélas, La Palice est mort,
Est mort devant Pavie ;
Hélas, s’il n’était pas mort,
Il ferait encore envie

(Ay, La Palice ha muerto,
Murió cerca de Pavía;
Si no estuviera muerto,
Todavía provocaría envidias)

El francés antiguo tenía dos grafías para el sonido “s”, siendo una de ellas la ſ o s larga que se confundía fácilmente con la f. Un error de lectura hizo que el último verso se leyera “s’il n’était pas mort, il ſerait (serait) encore en vie” (si no estuviera muerto, estaría todavía con vida). Lo cual, no podrán negar, es una gran perogrullada.

En el siglo xviii, Bernard de la Monnoye retomó el verso y escribió una canción de 51 coplas a la que añadió más versos de su cosecha que parodiaban la cómica obviedad. La Chanson de La Palisse fue un éxito en su momento, pero cayó en el olvido hasta que en el siglo xix la redescubrió Edmond de Goncourt (el fundador de la editorial francesa que lleva su nombre), quien acuñó el término lapalissade para referirse a una afirmación obvia y, por ende, inútil.

Así que en realidad Monsieur de La Palice no fue autor de ninguna perogrullada, pero se hizo famoso por ello, víctima de una confusión. En vez de recordar su heroísmo, los franceses lo citan cotidianamente para calificar frases no tan heroicas y más bien cómicas, por no decir ridículas. “C’est une verité de Monsieur de La Palice”(que sería el equivalente a la verdad de Perogrullo). Y no sólo los franceses lo evocan, sino también los italianos, que tienen el adjetivo lapalissiano para describir este tipo de razonamiento.

¿Conocen a otros parientes de Perogrullo y Monsieur de La Palice en otros lugares del mundo?

domingo, 8 de febrero de 2009

¿Quién diablos es Perogrullo?

Cuando alguien dice una cosa tan evidente o tan sabida que resulta una afirmación trivial, suele decirse que dijo una perogrullada o una verdad de Perogrullo. La perogrullada es parecida a la tautología. Decir que “cuando no hace frío hace calor”, o que “en lo lleno no hay vacío” son ejemplos de perogrulladas.

El DRAE define la perogrullada como una “verdad o certeza que, por notoriamente sabida, es necedad o simpleza decirla”. El diccionario de María Moliner, que la define como un dicho propio de Perogrullo, dedica una entrada al autor de esas verdades. Perogrullo (de “Pero” y “grullo"): personaje supuesto al que se atribuyen humorísticamente las sentencias o afirmaciones de contenido tan sabido y natural que es una tontería decirlas.

Pero, ¿quién diablos es Perogrullo? ¿Habrá existido? O ¿será uno de los amigos de Fulano? Hay quienes han dicho que el personaje es producto de la imaginación popular, otros afirman que sí pudo haber existido. Lo cierto es que no se conoce la verdad sobre Perogrullo. Sólo hay hipótesis e investigaciones sobre el origen de su nombre.

José Godoy Alcántara, en un ensayo sobre el origen etimológico filológico de los apellidos castellanos, dice que Petro Grillo fue un personaje real que actuó como testigo en dos escrituras de 1213 y 1227 en Palencia; y añade: “coetáneo de Pedro Mentiras, si es que se trata del que ha hecho célebre la naturalidad de las verdades”.

Durante el siglo xv, particularmente en Cantabria, se citaba a Pedro Grillo. Existe un documento que data de 1460, titulado “Profecía” cuyo autor usa el seudónimo de Evangelista. Se trata de un breve relato en el que se describe a un profeta ermitaño a quien llama Pero Grillo. Este personaje hacía gala de una especial verborrea y lanza una profecía que es una sarta de perogrulladas, entre las que se leen cosas como: “El primer día de enero que vendrá será primero día del año, que todo el mundo no lo estorbará, si con el tiempo no se remedia. Este día amanecerá al alba. Vendrá una niebla tan grande y tan oscura que cubrirá el cielo, y no habrá hombre, por ciego que sea, que vea las estrellas a medio día”. Es muy probable que este Pero Grillo haya sufrido un cambio de nombre y que se haya convertido en el Pero Grullo citado casi cien años después, en 1551, por Hernán Núñez de Guzmán en sus Refranes o proverbios en romance.

Algunos investigadores creen que el Pedro Grillo del siglo xv evolucionó hasta Pero Grullo en el siglo xvi. Pero ya en 1605 aparece este personaje en la novela de Francisco López de Úbeda La Pícara Justina. También Cervantes menciona a este personaje en la segunda parte de Don Quijote de La Mancha. En el capítulo LXII Sancho Panza pregunta a “la cabeza" si volverá a ver a su mujer y a sus hijos, y “la cabeza” responde: “Gobernarás en tu casa; y si vuelves a ella, verás a tu mujer y a tus hijos; y, dejando de servir, dejarás de ser escudero”. A lo que añade Sancho: “Bueno, par Dios; esto yo me lo dijera: no dijera más el profeta Perogrullo”.

Sin embargo, quien inventó la palabra “perogrullada” fue Francisco de Quevedo. Entre sus Sueños aparece la Visita de los chistes (1622), también conocido como El sueño de la muerte
donde interviene Pero Grullo: “Yo soy Pedro y no Pero Grullo, que quitándome una d en el nombre me hacéis el santo fruta”.(...) Y el personaje ofrece diez profecías o perogrulladas, entre las que destacan:

Muchas cosas nos dejaron
las antiguas profecías:
dijeron que en nuestros días
será lo que Dios quisiere.

Si lloviere hará lodos,
y será cosa de ver
que nadie podrá correr
sin echar atrás los codos.

[...]
Las mujeres parirán
si se empreñan y parieren,
y los hijos que nacieren
de cuyos fueren serán.

El lexicógrafo Ramón Joaquín Domínguez, en su Diccionario nacional o Gran Diccionario Clásico de la Lengua Española de mediados del siglo xix, define perogrullada, perogrullear y Perogrullo:
"Personaje o ente quimérico, extravagante, ridículo, que se supone haber existido y dejado una preciosa colección de sandeces, apotegmas, axiomas y verdades como estas: cuatro huevos son dos pares; la mano cerrada se puede llamar puño y aun de hecho se llama así; cuando no se tiene frío, es que se ha entrado en calor; al que le quitan la vida, de seguro le matan; el que gasta el último cuarto de su última peseta, regularmente se queda sin ella; casi se puede afirmar, sin temor de ser desmentido, que no ven objeto alguno los ciegos de nacimiento. Lindezas de este jaez, que son simplezas de a folio, pifias de marca mayor, pertenecen al género, al gusto y al estilo del incomparable Perogrullo. Motivos hay, sin embargo, fundados en la misma naturaleza de ciertos patanes socarrones, aparentemente bobos, y en el fondo nada lerdos, antes muy avisados y advertidos; motivos hay, repetimos, para creer que haya existido un gracioso de este nombre, segunda edición de Bartolo, si, más antiguo quizá, no ha servido de prólogo a la primera. Sentimos que la Academia nada nos diga acerca de tan interesante sujeto, limitándose a nombrarlo una sola vez en la palabra perogrullada, naturalísimo derivado suyo”.
Pese a todo este trabajo hecho por investigadores y lexicógrafos quizá nunca se sepa a ciencia cierta quién fue en realidad este Pedro Grullo o Perogrullo que hizo tan famosas sus perogrulladas. Lo que sí se sabe es que nuestro mítico personaje tiene un primo francés: Monsieur de La Palice, a quien les presentaré en la próxima entrada.

lunes, 2 de febrero de 2009

Lección de inglés

El inspector Clouseau intenta aprender la pronunciación correcta del inglés para no parecer sospechoso.