All things are ready, if our minds be so
Shakespeare (Henry V, Act 4, Scene 3)
Por un artículo publicado la semana pasada en El País acabo de descubrir esta palabra. Según la Wikipedia, la serendipia es “un descubrimiento científico afortunado e inesperado que se realiza accidentalmente”. El diccionario Merriam Webster define el término como “la facultad o el fenómeno de descubrir cosas valiosas o agradables sin proponérselo”. En la historia de la ciencia, hay un sinfín de ejemplos de serendipia. Alfred Nobel inventó la dinamita gracias a que mezcló accidentalmente nitrocelulosa con nitroglicerina; Louis Pasteur obtuvo cristales de una forma única debido a que la temperatura en el alféizar de la ventana estaba por debajo de los 26°C; Henri Becquerel dio con el uranio mientras trataba de investigar el fenómeno de la fluorescencia usando placas fotográficas; y James W. Christy descubrió el satélite más grande de Plutón, Caronte, gracias a una imagen defectuosa de Plutón. En la farmacología hay muchos casos también. Por ejemplo, una espora que cayó accidentalmente en una placa de cultivo y que mató a una bacteria llevó a Alexander Fleming a descubrir la penicilina y a abrir camino para la era de los antibióticos.La mayoría de los descubrimientos arqueológicos se han hecho por accidente: los Rollos del Mar Muerto fueron descubiertos por dos pastores beduinos en una cueva de Qumrán (dicen las malas lenguas que inclusive los pastores quemaron algunos manuscritos en una hoguera que hicieron para calentarse). En 1799, el capitán francés Pierre-François Bouchard descubrió la piedra de Rosetta cuando las tropas de Napoleón estaban en Egipto. Y, sin irnos tan lejos, los restos del Templo Mayor fueron descubiertos en 1978 por unos trabajadores de la Compañía de Luz mientras excavaban para hacer una instalación subterránea de cables. En el ámbito de la exploración también predominan los casos de serendipia, siendo quizás el más emblemático el descubrimiento de América. Y también existe serendipia en el mundo de las ideas y los conceptos. Así, por ejemplo, a Isaac Newton se le ocurrió la teoría de la gravedad cuando vio caer una manzana de un árbol y Arquímedes también tuvo una “revelación” mientras tomaba un baño en tina, lo que lo llevó a descubrir su famoso principio y salir a las calles de Siracusa desnudo gritando ¡Eureka!En realidad, se podría decir que la serendipia es casi casi el motor de la ciencia. Pero a todo esto, ¿de dónde viene la palabra? Serendipia es un calco del vocablo inglés serendipity. El término es un neologismo acuñado por el escritor británico Horace Walpole en 1754 a partir de un cuento de hadas persa titulado “Los tres príncipes de Serendip”, cuyos héroes se la pasaban haciendo descubrimientos, por accidente o sagacidad, de cosas que no buscaban”. El nombre proviene de Serendip, un antiguo nombre para Ceilán (hoy Sri Lanka), del árabe Sarandib y del sánscrito Simhaladvipa. Si bien la palabra se originó en el siglo xviii, su uso no se expandió hasta el siglo xx. Actualmente, aparece en todos los diccionarios ingleses y en 1950 se formó el adjetivo serendipitous (¿serendipitoso?). Hace diez años el escritor escocés William Boyd, en su novela, Armadillo, acuñó el término zemblanity (¿zemblania o zemblanidad?) como antónimo de serendipia. Es decir, se trata de la "facultad de hacer descubrimientos infortunados y desagradables". La palabra viene de Novaya Zemlya (Nueva Zembla), un archipiélago en el ártico, en el que Rusia llevó a cabo numerosas pruebas nucleares. Zemblanity sería, pues, el descubrimiento inevitable de lo que no se quiere saber. Sin embargo, el uso de este vocablo aún no se ha expandido y no aparece en los diccionarios ingleses.Si bien serendipia no aparece en el DRAE, ni en ningún otro diccionario español (al menos no en los que tengo en casa), el término es de uso muy frecuente en nuestra lengua. La Wikipedia menciona el término español chiripa como sinónimo de serendipia. Según el María Moliner, chiripa es “un acierto casual o una casualidad favorable, rara”. Pero como el mismo artículo de la Wikipedia señala, “chiripa” es más de uso coloquial y además, según el diccionario, esta palabra se usa más en un contexto de juego.Por cierto, este rollo de la serendipia me recordó a una entrada que escribí hace casi un año sobre el sistema de estantería abierta en las bibliotecas. En ese entonces no conocía la palabra, pero de haberla conocido habría dicho que la estantería abierta promueve la serendipia. También el Internet es una fuente ilimitada de serendipia. ¡Cuántos descubrimientos afortunados he hecho por hacer clic en un vínculo que se me presenta fortuitamente!