jueves, 28 de mayo de 2009

La palabra y la lengua


Ya está a la venta el nuevo número de la revista Replicante. En esta edición, dedicada al lenguaje, se incluyen dos textos míos: uno sobre el lenguaje políticamente correcto y otro sobre el efecto de las palabras tabú en el pensamiento. ¡Corran a comprarla antes de que se termine!

Replicante se vende en las tiendas Sanborns, las librerías Gandhi, Fondo de Cultura Económica, Educal Libros y Arte y otros puntos de venta en todo el país. En Tijuana: Librería Sor Juana (www.tijuanalibros.com) y Librerías El Día (Tel. 684 0908). En Guadalajara: puesto de periódicos de Av. Américas y Morelos; Librería México (Plaza del Sol); Cafetería El Sorbo (Plaza del Sol); Librería Ítaca (Marsella y López Cotilla). En Oaxaca: Proveedora Escolar, Av. Independencia no. 1001, Centro.

lunes, 25 de mayo de 2009

Los huracanes y sus nombres

El 15 de mayo empezó oficialmente la temporada de huracanes de 2009 y en días previos se dio a conocer la lista de nombres que tendrán. Andrés, Blanca, Carlos y Dolores son algunos de estos nombres (esperemos que Dolores no le haga honor a su nombre). Desde hace varias décadas, los meteorólogos asignan nombres a los huracanes y tormentas tropicales para facilitar la comunicación y el intercambio de información. El uso de nombres comunes que sean fáciles de recordar reduce la confusión cuando hay dos o más tormentas tropicales al mismo tiempo.

Pero los huracanes no siempre han llevado nombres de personas comunes. Por siglos, los huracanes de la zona del Caribe recibían el nombre del santo patrono del día en que ocurrían. Por ejemplo, el huracán Santa Ana azotó violentamente a Puerto Rico el 26 de julio de 1825 y el huracán San Zenón destruyó la ciudad de Santo Domingo el 3 de septiembre de 1930. El problema fue que muchos huracanes sucedían en la misma fecha de distintos años. Así, por ejemplo, dos huracanes San Felipe azotaron a Puerto Rico, uno en 1876 y otro en 1928. Esto creaba confusión. Por otro lado, no dudo que ocurriera lo mismo que con las enfermedades que recibieron nombres de santos en la Edad Media: seguramente la gente asoció la destrucción provocada por los huracanes con una bola de santos iracundos a los que había que temer más que adorar.

El meteorólogo australiano Clement Lindley Wragge fue el primero en utilizar nombres propios para referirse a los huracanes a finales del siglo xix. Su idea original fue llamarlos con letras del alfabeto griego, pero después usó nombres de personajes de la mitología polinesia. Para los huracanes más destructivos decidió usar nombres de políticos y de mujeres. Sin embargo, después de que Wragge se retiró, la práctica de asignar nombres a los huracanes se interrumpió por medio siglo.


En 1941, la Random House publicó Storm, una novela del escritor estadounidense George R. Stewart. En esa novela, un meteorólogo tiene la costumbre de conferirle a cada nueva tormenta el nombre de una mujer, en parte porque pensaba que cada una tenía una personalidad única. Los meteorólogos de la Armada de los Estados Unidos se inspiraron en esa novela y empezaron a asignar nombres femeninos a las tormentas tropicales del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial, en memoria de sus amadas que los esperaban en casa. Cuando terminó la guerra, la práctica se extendió a los huracanes del Atlántico y eventualmente se aplicó a todas las tormentas tropicales alrededor del mundo.

Obviamente las protestas de los grupos feministas no se hicieron esperar, de modo que en
1979 la Organización Meteorológica Mundial y el Servicio Meteorológico de Estados Unidos decidieron incorporar nombres masculinos alternados con los femeninos para denominar a los huracanes.

Actualmente la Organización Meteorológica Mundial maneja varias listas para cada región, que contienen nombres de mujeres y hombres para usarse alternadamente y en orden alfabético. Cada lista tiene un nombre para cada letra del alfabeto (salvo las letras Q, U, X, Y y Z que no se incluyen debido a que no hay muchos nombres con esas letras). En la eventualidad de que se registre un número mayor a 21 huracanes, es decir, de los nombres contemplados para la temporada (como ocurrió en 2005), los nuevos huracanes reciben sus nombres de las letras del alfabeto griego: Alfa, Beta, Gama, Delta, etc. Para los huracanes o tormentas que tienen lugar fuera de temporada, se usan nombres de la lista de ese año. Por ejemplo, si el huracán se forma en diciembre su nombre se toma de la lista de la temporada previa; si en cambio se forma en febrero, el nombre se toma por adelantado de la lista de la siguiente temporada de huracanes.

Las listas se reciclan cada seis años, lo cual significa que los nombres que se usen este año se volverán a usar en 2015. Sin embargo, cuando un huracán causó muertes o mucha destrucción, su nombre se retira de la lista. (Esto ayuda a evitar confusiones, pero me recuerda mucho al fenómeno del tabú lingüístico). Si un nombre se retira, se selecciona otro nombre del mismo género que empiece con la misma letra. Algunos de los nombres de huracanes que se han retirado son: Andrew, Fabián, Gilberto, Hugo, Katrina, Mitch, Rita, Stan y Wilma.

Este año mi nombre aparece en la lista potencial de huracanes para el Pacífico Norte Oriental. ¡Espero que no sea uno de los que haya que "jubilar"!

martes, 19 de mayo de 2009

Stand by me

jueves, 14 de mayo de 2009

Egópolis

“Dicen que es un verdadero tirano, ese Tapioca, cruel y vanidoso...
es tan vanidoso que le quitó el nombre a la capital,
Las Dopicos, para darle su propio nombre: Tapiocapolis”



El general Tapioca es un militar y político ambicioso de la República de San Theodoros. Un buen día, con el apoyo del general Plekszy-Gladz, dictador de la República Popular de Borduria, lleva a cabo un golpe de Estado y quita del poder al general Alcázar (su eterno gran rival). Al llegar al poder, el general Tapioca cambia el nombre de Las Dopicos, la capital del país, a Tapiocapolis. Por un tiempo gobierna San Theodoros de la manera más infame y autoritaria, hasta que un día, el general Alcázar, que había estado exiliado en Bélgica, regresa al país y organiza una revolución con el apoyo de la International Banana Company. El general Tapioca es derrocado y condenado al exilio, y Alcázar cambia nuevamente el nombre de la capital, esta vez por el de Alcazaropolis.

Esta historia que aquí resumo en un párrafo es relatada con más detalle en varios álbumes de Les aventures de Tintin, del dibujante belga Hergé. Si esta historia no está tan alejada de la realidad es porque lo de Hergé no es más que una parodia --no sólo de la inestabilidad política de ciertos países, sino también de la egolatría que ha caracterizado a muchos dictadores de la historia.

Para muestra un botón:

Alejandro Magno, uno de los reyes más megalómanos de toda la historia, fundó más de una docena de ciudades con su nombre, siendo la más conocida Alejandría de Egipto. (Por cierto, en Grecia hay una ciudad que se llama Alejandrópolis, pero ésa no fue denominada así en honor a Alejandro Magno, sino a Alejandro I de Grecia).

La ciudad de Bizancio se llamó así originalmente en honor a su rey Bizas o Bizante. Cuando el emperador romano Constantino la hizo su nueva capital, su nombre cambió oficialmente por el de Nueva Roma, pero todo el mundo se refería a ella como Constantinopla (la ciudad de Constantino).

El emperador Cómodo (aquel que es interpretado por Joaquin Phoenix en Gladiador) no se conformó con autoproclamarse el nuevo Rómulo de Roma refundando ritualmente la ciudad con el nombre de Colonia Lucia Annia Commodiana, también cambió el nombre de todos los meses del año con sus doce nombres, y además las tropas del ejército recibieron el nombre de Commodiana.

Según Suetonio (el historiador romano que escribió sobre la vida de los doce césares) Nerón rebautizó los juegos olímpicos como los juegos neronianos, llamó Neronniano al mes de abril y quería que Roma se llamase Nerópolis.

La ciudad rusa de San Petersburgo, llamada así por el zar Pedro el Grande en honor a su santo patrono, San Pedro, cambió de nombre varias veces. Durante la Primera Gran Guerra, se decidió que San Petersburgo era un nombre demasiado germánico para la ciudad y se le cambió por el de Petrogrado en 1914 (¿otro caso de denominación de origen boicoteada?). El 24 de enero de 1924, Petrogrado fue rebautizada como Leningrado, pero éste no fue un caso de egolatría ya que el cambio se realizó tres días después de la muerte de Lenin*. Finalmente, en 1991, tras un plebiscito, la ciudad volvió a llamarse San Petersburgo.

La ciudad de Volgogrado, que antiguamente se llamaba Tsaritsyn, en 1925 recibió el nombre de Stalingrado en honor a Stalin. En 1961 como resultado del proceso de desestalinización, la ciudad recibió el nombre de Volgogrado, que literalmente significa “ciudad del Volga”. Curiosamente, este cambio fue perjudicial para la ciudad porque nadie relacionaba el nombre Volgogrado con la heroica batalla contra los nazis en 1943. En 1985 hubo una campaña para retomar el nombre de Stalingrado y todavía en la actualidad hay un cierto grado de apoyo para hacerlo.

Volgogrado no fue la única ciudad a la que Stalin legó su nombre. También está la ciudad de Dushanbe, la capital de la república de Tayikistán, cuyo nombre cambió en 1929 por el de Stalinabad. En 1961 recuperó su antiguo nombre.

Guillermo I (Wilhelm), emperador de Alemania y Rey de Prusia de 1861 a 1888, llamó a la ciudad de Wilhelmshaven en honor a sí mismo.

¿Y qué podemos decir Rodesia (actualmente Zimbabwe y Zambia), denominada así en honor a su fundador, el mercenario británico, racista y cruel, Cecil Rhodes?

Parece que los militares británicos tenían el ego bien elevado, pues también está el caso del coronel Lachlan Macquarie, quien le dio su nombre a varias localidades de Australia, entre ellas la deshabitada isla de Macquarie.

Pero por favor no nos olvidemos de Rafael Leónidas Trujillo, quien fuera dictador de la República Dominicana de 1930 a 1961 y mereciera el apelativo de El Chivo por su machismo caribeño. El Chivo cambió el nombre de Santo Domingo por el de Ciudad Trujillo. Pero no sólo eso: la montaña más alta de la isla se llamó por un tiempo Pico Trujillo y el río más largo, desde luego, Río Trujillo. Numerosas calles fueron denominadas Avenida Trujillo, y además parece que el dictador caribeño rivaliza con Stalin, Saddam Hussein y Kim Il Sung en la categoría del hombre que más estatuas propias se hizo erigir.

También está el caso de Ciudad Sadr, suburbio de la ciudad de Bagdad. Construido en 1959 por el Primer Ministro iraquí Abdul Karim Qassim, se llamó Al Thawra (Ciudad Revolución). Después de que el Partido Baaz llegó al poder, el distrito fue rebautizado como Saddam City, en honor a Saddam Hussein, líder del partido político. En 2003 el distrito paso a denominarse extraoficialmente Ciudad de Sadr en honor al líder chiíta Mohamed Sadeq al-Sadr, asesinado por el régimen de Saddam.

En 1975 Saigón, la ciudad más grande de Vietnam, fue rebautizada como Ciudad Ho Chi Minh, en honor al revolucionario comunista que fue presidente de la República Democrática de Vietnam durante quince años. Sin embargo, éste tampoco es un caso de egolatría como tal, ya que el cambio de nombre se realizó 6 años depués de la muerte de Ho Chi Minh. Además aunque ése sea el nombre oficial de la ciudad, la realidad es que todo el mundo sigue llamándola Saigón.

Uno de los últimos casos conocidos de egonomástica es el de Saparmurat Atayévich Niyazov, quien fuera presidente de la República de Turkmenistán desde 1990 hasta su muerte en 2006. En 1993 este personaje se autoproclamó Türkmenbaşy (o Turkmenbashi, en la transliteración de la grafía cirílica), cuyo significado es “líder de todos los turcomanos”. Y entonces empezó el culto a su personalidad: rebautizó el pueblo de Krasnovodsk, en el mar Caspio, como Türkmenbaşy en su honor. Asimismo, rebautizó con su nombre o el de familiares suyos un sinfín de escuelas, universidades (títulos universitarios incluidos), aeropuertos en incluso un meteorito. Su rostro aparece en todos los billetes del manat turcomano y numerosas estatuas y retratos de él adornan el país. Con ínfulas de emperador romano, expidió una ley en 2002 para cambiar el nombre de todos los meses y casi todos los días de la semana (los meses de enero y abril pasaron a llevar los nombres de Türkmenbaşy y el de su difunta madre, Gurbansoltanedzhe, respectivamente). En 2008, dos años después de su muerte, se le devolvieron sus antiguos nombres a los meses y los días de la semana, pero Krasnovodsk no recuperó su nombre.

A ver si un día de estos Caracas no es rebautizada como Ciudad Chávez.

* En la ex Unión Soviética hubo más de treinta ciudades cuyos nombres hacían alusión a Lenin (Leninabad, Leninakan, Leningori, Leninkent, Leninsk, Leningorsk, Leninskoye, Ulyanovsk, entre muchas otras).

lunes, 11 de mayo de 2009

Tesis y más

Desde hace tiempo quería encontrar la forma de publicar mi tesis de maestría en la web. Algunos de mis sinodales me recomendaron que buscara un tipo de publicación impresa por medio de alguna institución, pero entre que no me he sabido mover y tampoco he tenido el tiempo, ya pasó un año de mi examen de grado. En este blog he publicado algunas entradas extraídas de mi tesis y han tenido una buena recepción. Pero esto no deja de ser un blog. Así que, mientras son peras o manzanas -y aprovechando que últimamente he tenido ratos de ocio-, publiqué la tesis completa en Scribd. También subí otros dos artículos que escribí durante mis estudios de maestría y en los próximos días pienso subir unos cuantos textos más de tinte académico o ensayístico que he escrito en los últimos años.

Si alguno de mis ex compañeros de la maestría lee mi blog, le sugiero que se adhiera al grupo de Lingüística Aplicada que abrí en Scribd, donde pueden subir sus tesis, artículos y ponencias. El grupo está abierto, desde luego, a todo aquel estudioso de la lingüística que desee compartir sus trabajos en español.

Y bueno, para los interesados, les pongo la tesis incrustada en esta misma entrada, pero también pueden obtener acceso (y verla más grande) haciendo clic en el vínculo que aparece arriba de la imagen incrustada o desde mi página de perfil de Scribd, donde encontrarán otros textos míos.

Tabú y estigma en el discurso alrededor del sida: un análisis de textos desde un enfoque multidimensional

jueves, 7 de mayo de 2009

Cuando "salud" no siempre es bien recibido

En la entrada pasada hablamos sobre el origen de la costumbre de responder verbalmente al estornudo ajeno y vimos diferentes formas de decirlo en muchos otros idiomas. Casi todas las respuestas verbales al estornudo están relacionadas con la palabra “salud” y suelen funcionar como una bendición que se le da al otro. Pero esto no siempre es así. A algunos lectores les llamó la atención que en algunas culturas asiáticas aquel que estornuda, en vez de recibir una bendición, tiene que disculparse. Probablemente eso venga de la idea más práctica (y menos supersticiosa) de que el estornudo no es más que una excreción fisiológica que importuna al otro. De ahí que, supongo yo, uno se disculpe. De hecho, algunos otros lectores comentaron que decir “salud” ya está demodé o que es una forma de decirle al otro que deje de fastidiar. Creo que tienen razón. Por lo menos en algunas culturas es posible verlo.

Cuando estudié francés, me enseñaron que cuando alguien estornuda hay que decirle à tes souhaits si se le tutea o à vos souhaits si se le habla de usted. Sin embargo, cuando viví en Francia me di cuenta de que en la realidad las cosas no eran como me las habían pintado mis profesores. A los pocos meses de vivir allá, observé que cada vez que yo estornudaba nadie, absolutamente nadie, me decía nada. No me decían la fórmula que yo había aprendido en mis clases, pero tampoco me decían otra cosa. Y no sólo eso: cuando otra persona estornudaba y yo le decía “à tes souhaits”, la persona nunca me decía gracias.

Poco a poco fui observando que eso era una actitud generalizada y no sólo de unos cuantos. Hasta que un día decidí preguntarle a una amiga francesa. Le dije lo que les acabo de explicar aquí: que a mí me habían enseñado a decir eso pero que notaba que no sólo nadie me lo decía a mí, sino que tampoco me agradecían si yo se lo decía y que, incluso, empezaba a sospechar que les molestaba. Mi amiga me dijo que nunca se había puesto a pensar en eso, pero después de reflexionar unos segundos me dijo que efectivamente no le gustaba que le dijeran algo al estornudar y, por ende, tampoco lo decía ella. Me explicó que decirle “salud” (o su equivalente) al que estornuda es como decirle indirectamente que los demás se dieron cuenta de que estornudó, lo cual no hace más que incomodarlo.

Fue entonces que me di cuenta de que una cosa es lo que te enseñan en clase de lengua y otra la realidad. Obviamente esta “cortesía” de decir à tes souhaits al que estornuda fue real en algún momento. De lo contrario, no me la habrían enseñado. Pero las costumbres cambian y ésta no sólo dejó de ser una cortesía, sino que se volvió una descortesía. Me percaté de que, en vez de ser cortés con la gente, la había estado importunando. Claro, seguramente, siendo yo extranjera, no lo habían tomado mal, pero el punto es que mi intención había tenido el efecto contrario.

Éste es un ejemplo interesante que muestra la importancia de incorporar un enfoque pragmático en los métodos de enseñanza de segundas lenguas. La pragmática es precisamente esa rama de la lingüística que estudia el lenguaje y su relación con los hablantes, así como las circunstancias y contextos de la comunicación. El sistema formal y gramatical de una lengua no puede desvincularse de los contextos de uso, de la identidad individual y social de sus interlocutores, ni del conocimiento del mundo que tienen los hablantes.

lunes, 4 de mayo de 2009

¡Salud!

En casi todas las culturas existe una respuesta verbal al estornudo. Esta costumbre tiene sus orígenes en diferentes supersticiones que han rodeado al estornudo en todo el mundo.

En Europa, según una hipótesis, los católicos romanos popularizaron el uso de una bendición como respuesta al estornudo durante el papado de Gregorio I, cuando la peste acechó al continente. Para combatir la peste, el Papa ordenó letanía, procesiones y plegarias constantes. Como en esa época se creía que el estornudo era uno de los primeros síntomas de la peste, aquel que estornudara debía ser inmediatamente bendecido para evitar el desarrollo de la enfermedad.

Otra versión dice que la gente creía que el estornudo podía liberar el alma de las personas, dejando el cuerpo abierto para una invasión del Diablo o de un espíritu maligno. De este modo, se usaba una bendición como una especie de escudo contra dichos espíritus. Hay una variante de esta leyenda que dice que el estornudo era un esfuerzo del cuerpo para expulsar a los malos espíritus que se habían apoderado de éste. Así, la bendición se decía para evitar que el espíritu exorcizado volviese a entrar al cuerpo.

Las anteriores son sólo algunas de las teorías y supersticiones que rodean al estornudo (principalmente en Europa), pero en realidad no hay cultura que no tenga una respuesta al estornudo. Y aunque en sus orígenes mucho tengan que ver con las supersticiones, en la mayoría de los casos se siguen usando simplemente como una muestra de cortesía verbal. Aquí tienen una lista:

Albanés: se dice shëndet, que significa “salud”, o shëndet paç, que significa literalmente “que tengas salud”.
Alemán: Gesundheit (salud).
Amárico (Etiopía): yimarih/yimarish (que significa “que Dios tenga piedad de ti”).
Árabe: la respuesta típica al estornudo es yarhamkom Allah (Alá te bendiga), pero es más común decir Alhamdo lel lah (alabado sea Alá).
Árabe levantino (Siria, Palestina, Jordania, Líbano): se dice sahha صحة, que probablemente deriva de la palabra sihha صحة, que significa “salud” o nashweh نشوة que significa “éxtasis”.
Azerbaiyano: sağlam ol (que tengas salud).
Bosnio: nazdravlje (por tu buena salud).
Búlgaro: Наздраве (
nazdrave) (a tu salud).
Coreano: el que estornuda debe decir 누가 내 얘기 했어? (nuga nae yaegi hatseo?), que significa “¿alguien habló de mí?".
Croata: na zdravlje (a tu salud).
Checo: pozdrav pánbůh (Dios te bendiga).
Chino: se dice 不好意思 (bù hǎo yì si) (mandarín estándar) o唔好意思 (cantonés estándar), que significa “discúlpame” o “perdón”.
Danés, noruego y sueco: prosit (que en latín significa “que aproveche”). Originalmente se usaba para brindar, pero hoy se usa cuando alguien estornuda.
Español: salud, y en algunos lugares de España se dice Jesús.
Estonio: terviseks (a tu salud).
Finlandés: terveydeksi (a tu salud).
Francés: à vos souhaits (si se le habla de usted a la persona) o à tes souhaits (si se le tutea). Significa: “a tus/sus deseos”.
Griego: γίτσες (jitses) (a tu salud).
Hebreo: לבריאות (lavriut) (por la salud).
Hindi: satyam (que significa “verdad”).
Holandés: gezondheid (salud).
Húngaro: egészségedre! (a tu salud).
Inglés: (God) bless you, que significa “que Dios te bendiga”.
Irlandés: dia linn! (que Dios esté con nosotros).
Islandés: guð hjálpi þér! (Dios te ayude).
Italiano: salute (salud).
Japonés: el que estornuda debe disculparse diciendo すみません (sumimasen) o失礼しました (shitsurei shimashita), que significa “discúlpame”. En ocasiones formales, el que estornuda es bendecido con un おだいじに (o-daiji ni), que significa “cuídate” en contextos más informales.
Kirguiz: Акчуч! [aqˈʧuʧ], que se basa en la onomatopeya del estornudo (como el ¡achú! en español).
Lenguaje de señas americana (ASL): lo apropiado sería hacer la seña para decir “discúlpame”.
Lituano: Į sveikatą (a tu salud).
Macedonio: На здравје (na zdravje) (a tu salud).
Maltés: evviva, que significa “¡está vivo!”
Persa: si el estornudo es particularmente dramático, se dice Afiat Bahsheh (عافیت باشه), que significa algo así como “que te sea concedida la limpieza (o la pureza)”.
Polaco: na zdrowie (a tu salud); también se dice sto lat, que significa “[te deseo] cien años [de salud]".
Portugués brasileño: saúde (salud).
Portugués europeo: santinho (pequeño santo).
Rumano: sănătate (salud) o noroc (suerte).
Somalí: jir, que significa “larga vida”.
Tamil: para el primer estornudo se dice nooru aayisu, que significa “(que tengas una vida de) cien años”; para la segunda vez se dice theerga-aayisu, que significa “(que tengas) una vida larga”; y para el tercer estornudo se dice poorna-aayisu, que significa “(que tengas) una vida larga y saludable”.
Telugú (que se habla particularmente en el estado indio de Andhra Pradesh): la frase que se usa es chiranjeeva, que se traduce como “(que seas bendecido con una) vida sin muerte".
Turco: se dice çok yaşa (larga vida), a lo que la persona que estornuda responde sen de gör (y espero que lo veas) o hep beraber (todos juntos). En círculos más formales, güzel yaşayın (que vivas maravillosamente), a lo que se responde siz de görün (y que seas testigo de ello).
Vietnamita: sống lâu (larga vida) o lạy mụ, que significa “que la madre naturaleza te bendiga”.
Yiddish: געזונטערהייט (gezunterheyt), que es un adverbio que significa "con buena salud".

sábado, 2 de mayo de 2009

¡Achú!

Ahora que la pandemia de influenza parece inminente y que un estornudo podría ser motivo de discriminación o incluso de linchamiento, tal vez sería útil saber cómo se estornuda en diferentes idiomas. Aquí les va una lista para que puedan reconocer inmediatamente el estornudo en cualquiera de sus presentaciones y puedan salir corriendo a tiempo.

Alemán: hatschie
Catalán: atxim, atxum
Coreano: achee
Checo: kychnut
Danés: atju
Español: achú, achís
Estonio: atsihh, aptsihh
Filipino: hatsing
Finlandés: atsiuh
Francés: atchoum
Holandés: hatsjoe, hatsjie
Húngaro: hapci
Indonesio: wa-hing
Inglés: achoo, atchoo, achew, kerchoo, atishoo*
Islandés: atsjú
Italiano: etciù
Japonés: hakushon
Lituano: apchi
Malayalam: thummal
Noruego: atsjo
Polaco: apsik
Portugués: atchim
Rumano: hapciu
Ruso: apchkhi
Sueco: atjo
Tamil: thummal
Turco: hapşu
Vietnamita: hát-xì

*
Atishoo parece ser, por cierto, un juego de palabras con “a-tissue” (un pañuelo)

Si alguien sabe cómo se estornuda en otra lengua que no esté en la lista, no dude en ponerlo en los comentarios.