lunes, 27 de octubre de 2008

Ortorexia

El otro día Marichuy publicó una estupenda entrada motivada por la lectura de Memorias de cocina y bodega de Alfonso Reyes, un recorrido por la cultura culinaria de España, Francia y México. Su lectura se antoja deliciosa pero, como ella señala al final de su entrada, hoy que las paradojas de la modernidad nos han traído anorexias, bulimias, obesidad y desnutrición, un libro como éste puede resultar por demás démodé. Más de acuerdo no podría estar con ella. Le comenté que la cultura del comer se ha convertido en una industria, y no sólo por la comida rápida y demás porquerías procesadas que comemos, sino también por ese afán que tenemos de controlar nuestros alimentos. Hoy, hacer la compra en el supermercado es todo un proceso de toma de decisiones: que si el producto es bajo en grasas, que si no tiene colesterol ni ácidos grasos trans, que si es bajo en sodio, que si ha sido adicionado con ácido fólico; que si el café es descafeinado o no, que si la leche es deslactosada, descremada, semidescremada o entera. En fin, en esta era del individualismo cada quien tiene un alimento manufacturado a la medida de sus necesidades. Y hay algunas personas que viven realmente obsesionadas con lo que ingieren.

Hoy, en una de mis navegaciones, descubro que esa obsesión ya tiene nombre: ortorexia. Del griego ορθός (ortos, correcto) y όρεξη (orexe, apetito), el término fue acuñado en 1997 por Steven Bratman, un médico estadounidense que publicó un libro titulado Health food junkies. Aunque el neologismo todavía no tiene entrada en los diccionarios médicos y la Organización Mundial de la Salud aún no considera la ortorexia como un padecimiento, cada vez hay más especialistas en trastornos alimenticios que hablan sobre el tema.

La ortorexia o “apetito correcto” es una patología obsesiva por la “comida sana”. La vía para conseguirlo implica una dieta estricta de alimentos biológicos o macrobióticos, evitando carnes, grasas animales, alimentos cultivados con pesticidas o herbicidas, azúcares, conservadores, etc. Para los ortoréxicos todo tiene que estar perfectamente controlado y supervisado: planifican menús con semanas de anticipación, no comen fuera de casa, ni con amigos y son capaces de quedarse sin comer si no están seguros de lo que van a ingerir. Los más extremistas hacen huertos en su casa para cultivar su propia comida.

Creo que está bien comer sano y, si mi bolsillo lo permite, trato de comprar productos orgánicos. No sólo son menos perjudiciales para la salud, sino que además tengo la garantía de que al cultivarse no se contribuyó al deterioro del medio ambiente. Sin embargo, como dicen por ahí, “ni tanto que queme al santo, ni tan poco que no lo alumbre”. Tanto afán por comer sano termina convirtiéndose en una patología y, por ende, ya no puede ser sano.

17 comentarios:

Ojaral dijo...

Uno de los problemas de esa obsesión sanitarista es que muchas veces un producto que se considera saludable, después resulta que no lo es tanto. Yo, como soy fumador, tengo una cantidad considerable de argumentos de mala fe para justificar mi mala conducta al respecto. Pero soy conciente (aunque no lo confiese), de que es mejor comer sano, vivir sano. Por lo pronto, en el vivero cultivamos algunas verduras para el consumo familiar, pero no alcanza con eso. La verdad, en el mundo de hoy, es casi imposible no estar expuesto a productos tóxicos o de mala calidad.
Saludos, Strika!

BLUEKITTY dijo...

Creo que es algo bueno tener cierto cuidado en lo que uno se lleva a la boca a la hora de comer pero no sabía que existiera tal patalogía. La verdad, pensando un poco hay más cosas negativas que positivas que nos ha dejado este siglo como humanidad. Y digamos que por suerte siempre consideré el comer un placer y hasta hace poco descubrí que también es un arte. Tan interesante como siempre tu blog.

gamaliel dijo...

Ya habia oido hablar de la ortorexia, y con ella confirmo cada vez mas lo que pienso respecto de las "enfermedades" de nuestro tiempo:

Son producto del querer imponer un estilo de vida, pero sobre todo, de dejarnos llevar tan borregamente por lo que nos ofrecen los que nos hablan de ese estilo de vida, sin reflexionar un poco.

Si analizamos un poquito, veremos que hace unos años, con una alimentacion mucho mas simple, con muchisimas menos opciones para comprar en el supermercado, la gente no estaba tan obesa y padecia menos enfermedades. Algo esta mal en el sistema...

Anónimo dijo...

Yo a veces siento que vivo en Ortorexialand: Vancouver. El otro día me enteré que hay aca un "restaurant" de raw food. Le conté a mi esposo y me dijo: pues eso se llama mercado no?
En fin, están tan obsesionados que a veces dan ganas de llevarlos a vivir a un pueblito en la sierra tarahumara un rato, a ver si así ya dejan de ser tan melindrosos y dan gracias de poder tener comida en la mesa.

Miroslav Panciutti dijo...

Lo que no mata, engorda, se dice. Y, al final, resulta que tanta obsesión por comer sano puede llevar a que nuestro organismo se quede sin capacidad de defensas (o de digestión) de cualquier alimento "excesivo" que en un descuido nos echemos a la boca. Como dices, cualquier obsesión, por muy sana que sea su intención, deja de serlo.

B West dijo...

oops! Me agradó bastante esta entrada, consideraré adoptar la ortorexia! Por lo menos es una idea que he traído en la cabeza durante vario tiempo.

:)

mario skan dijo...

Hace una semana que ando para atrás con el hígado, después de varias comidillas seguidas regadas con cerveza y otros menjunjes. No sé si estoy empachado o qué, pero ando para la mona. Si hubiera tenido precaución con la comida ahora estaría pleno. Bueno Strika, tu entrada, como siempre, fue esclarecedora y agregó una pizca más de culpa a mi gula festiva.

saludos

marichuy dijo...

Querida Strika

Primero que nada, gracias por las flores inmerecidas.

Fíjate que yo también escuchado de la ortorexia. Infortunadamente en mi familia tenemos más de un familiar con trastornos alimenticios. El más grave, creo, mi prima que está flaca como mi dedo meñique pero vive obsesionada por desayunar café negro con toronja "para quemar grasa" y se inventó una dieta rarísima, se bebe tres litros de agua, etc. Pero cuando le dan ataque de comedera -lógico, viviendo casi en la inanición- se devora bolsas de papas, cacahuates, panes , galletas, bocadillos, litros de cocacola, etc.

Entonces, pienso esa obsesión se ha vuelto como un círculo vicioso, al que no son ajenos la publicidad y otros elementos... incluidos los médicos. A veces pienso que tenemos una relación "perversa" con la comida... comemos y luego nos sentimos culpables. Buscamos lo más sano -productos orgánicos-, pero en un ataque de hambre nos tomamos cualquier chatarra. Nos volvemos ansiosos.

La semana pasada leí en la prensa un largo artículo referido a la comida, el sobrepeso y su relación con el placer. Abusando de tu espacio y saliéndome un poco del tema tuyo, te dejo un pequeño extracto:

"Las personas que sienten menos placer al comer tienden a engordar....

Mediante un escáner que mide la cantidad de actividad en el “centro de placer” del cerebro, y una prueba para determinar la conformación genética de un individuo, los científicos pueden incluso predecir cuáles de las mujeres engordarán durante el año posterior al examen..."
Cara Bohan, de la Universidad de Oregon.

Un beso

El Diablo Des. dijo...

Creo que es sano decir que yo no sufro de ortorexia para nada.

Sandra Strikovsky (Strika) dijo...

Ojaral: Qué suerte que puedas cultivar verduras en el vivero. Es un sueño que tengo: algún día irme a vivir fuera de la ciudad y tener mi huertito. Pero no me gustaría volverme una extremista, eso es todo.

Bluekitty: Claro que comer es un arte, pero pienso que en la modernidad está dejando de serlo con todas esas obsesiones (tanto las de los ortoréxicos como las de los tragones con sobrepeso).

Gamaliel: Claro, además hay mucho de marketing en todos esos nuevos productos que venden en el supermercado. Ahora ya todo te dice "0% colesterol", ¡pero hasta lo ponen en alimentos que nunca han tenido colesterol! Estoy totalmente de acuerdo contigo en que algo anda muy mal en el sistema.

Paola: Tiene razón tu esposo, eso del restaurante de comida cruda sería un mercado. Ja, ja, ja. Estaría bien que te lleves a algunos ciudadanos de Orthorexialand a la sierra. Además estoy segura de que los tarahumaras, dentro de sus carencias, comen más sano.

Miroslav: Aquí en México también decimos "de limpios y tragones están llenos los panteones". Como dices, quien está acostumbrado a ingerir puros alimentos sanos, el día en que se coma algo "menos sano" se nos muere.

Berenize: Adóptala, está bien comer sano, pero que no se te vuelva una obsesión. Los obsesivos terminan medio mal, recuerda cómo quedó Howard Hugues.

Mariano: Pero mi entrada no era moralista, sino todo lo contrario. De vez en cuando está bien entrarle con gusto a la comida. Claro, luego uno se siente tan mal del empacho que se jura que no lo volverá a hacer, y tarde o temprano termina cayendo de nuevo. ;)

Marichuy querida: Nada de inmerecidas las flores ;). De tu comentario, creo que lo has dicho muy bien: tenemos una relación "perversa" con la comida. Y eso tiene que ver con el estilo de vida que se nos quiere imponer, como dice Gama, y con la publicidad, la televisión, etc. Por eso creo que hay que intentar recuperar las tradiciones gastronómicas de antes. Un poco como lo que tratan de hacer los del movimiento de Slow Food, que compartí contigo hace unas semanas. Pongo el vínculo para los demás, por si quieren echarle un ojo: http://www.slowfood.com/about_us/esp/welcome_esp.lasso

Diablo des: Definitivamente es más sano pero, insisto, la clave está en el equilibro. Tampoco te vayas al otro extremo. Estoy tratando de pensar cómo podríamos bautizarlo... Quizás hiperorexia: apetito excesivo.

Gracias a todos por pasar. Sus comentarios hacen más interesante este sitio.
:)

chanclaveloz dijo...

ahora resulta que soy extremista porque cultivo mis verduras jajaja
He pasado por epocas mas obsesivas en cuanto a lacteos, azucar y otras cosas pero como que se paso un poco. Lo que si es que disfruto muchismo el comer directo del huerto a la mesa y tambien de cosumir productos organicos en la medida de lo posible; mi vegetarianismo que empezo siendo fisiologico ahora es tambien ideologico pues no quiero apoyar a la industria de la carne (incluyendo pollo y pescado) como funciona hoy en dia.

saludos de la ecofreako

Ganima dijo...

Hola querida Strika.

Jajajajaja… ortorexia…

Me río por que en Chile y en Argentina le dicen ORTO al ano, entonces sería algo así como apetito anal.-

Mi abuelo es ortorexico, tiene 85 años, es vegano al 100%, camina durante horas seguidas sin cansarce y lee cientos de libros al año.-

Gracias por extrañarme y preguntar por mi, te cuento que mi bebita nacerá a fines de febrero y se encuentra muy bien, creciendo de manera impactante.-

Un abrazo muy grande

Cariños
Gani.-

Sandra Strikovsky (Strika) dijo...

Mi querida ecofreako: No creo que sea extremista cultivar verduras para el autoconsumo. Pienso que los extremistas son quienes se vuelven obsesivos y ya no quieren comer nada cuyo origen no puedan controlar o supervisar. Tanta rigidez no puede ser buena. Por lo demás, como decía más arriba, es mi sueño poder tener mi huerto y cultivar mis verduras (ese sueño fue, en gran parte, motivado por la visita que te hice a la granja). Estoy pensando en empezar por algunas plantitas en mi balcón (de albahaca, menta, etc.). De hecho ya tengo una de chaya que me regalaron.
En cuanto a la carne, yo fui vegeteriana durante 6 años. Pero lo dejé hace unos años porque era demasiado limitante. Estaba harta de ser siempre el problema cuando me invitaban a comer, o de viajar y no poder probar a gusto las especialidades locales (la gastronomía es parte importante de la cultura de un país). Sin embargo, no regresé a ser una gran carnívora. En casa sólo comemos pescado. Casi no como carne roja y el pollo cada vez me da más asco (tanta hormona que les meten). Pero, eso sí, de vez en cuando sí me echo mis taquitos al pastor. :P

Querida Ganima: Ja, ja, ja. Me hiciste reír mucho con lo del apetito anal. :D Me da gusto leer que se encuentren bien tú y tu bebita. Cuídate mucho y nos estamos leyendo. Un abrazo

La Guera Rodríguez dijo...

Como siempre...aprendiendo algo cada vez que te leo.

Pero...porque me gustará mas lo insano??

BEsos

Diana

Bárbara dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Bárbara dijo...

Hola Strika, sabés que a mi las obsesiones con la alimentación saludable en un mundo en el que hay millones de personas que no tienen nada que echarse en el estómago me parece reaccionario. Parece ser que las discusiones rondan en torno a qué se come, cuándo se come y cuánto se come y nunca en torno a si de hecho se come. un abrazo desde Argentina!

Sandra Strikovsky (Strika) dijo...

Güera: Creo que a la gente sana nos gusta lo insano (al menos de comer). Ja, ja, ja.

Bárabara: Tienes toda la razón. Parece que en este mundo hablar del hecho de si se come o no es obsceno. Otro de los tantos tabúes de nuestra sociedad contemporánea.

Un abrazo a las dos