No me he muerto. Aquí sigo, pero cuando terminó febrero loco empezó marzo otro poco, y hasta ahora tengo un respiro. De veras no paré ni un minuto, e incluso he estado trabajando los fines de semana. Una de las desventajas de ser freelancer y trabajar desde casa es que es difícil ponerse límites. Cuando uno tiene mucho trabajo, la tentación de trabajar hasta altas horas de la noche o en fines de semana es mayor. Como regla de oro trato de no hacerlo, pero las últimas seis semanas tuve tanta chamba que no me quedó de otra.
Estoy trabajando a distancia para una empresa española de traducción y localización. En una próxima entrada les contaré en qué consiste eso de la localización, ya que es todo un campo nuevo en el área de la traducción que, si bien no me apasiona como la traducción literaria, resulta muy interesante. Pero hoy quiero escribir sobre mi experiencia del fin de semana pasado.
Además del proyecto de localización, me han caído varias chambitas extras. El fin de semana, la Embajada de Francia me contrató para trabajar en la organización de la visita del presidente Nicolas Sarkozy a México. No soy intérprete, pero lo que necesitaban eran personas bilingües que pudieran echarles la mano con el idioma a diferentes equipos de funcionarios del Elysée (básicamente ayudarles a comunicarse con los mexicanos durante la logística de la visita).
A mí me tocó trabajar con el servicio audiovisual de la presidencia, es decir ,el equipo encargado, entre otras cosas, de producir todo el “montaje” para que el presidente aparezca ante los medios de comunicación. Como se trataba de técnicos (de audio, vídeo, sonido, etc.) eran muy buena onda y no tuve que lidiar con gente que se siente la última coca-cola del desierto sólo porque trabaja cerca de un jefe de Estado.
Fueron dos días (domingo y lunes) muy intensos y agotadores, pero muy interesantes. Nunca vi de muy cerca a Sarko ni a la Bruni, pero vi todo lo que se hace en el “backstage” para construir la imagen del presidente. Me enteré de un montón de cosas que jamás hubiera imaginado, como que la presidencia viaja desde París con dos toneladas de material audiovisual (bocinas, micrófonos, luces enormes como las que se usan en la televisión y en el cine, el podio diseñado para el tamaño del presidente, etc.), o como que ya le tienen la medida a cada presidente de cuántos lux aguanta para no deslumbrarse con la iluminación. También conocí lugares que de otro modo nunca habría conocido, como el salón de recepciones del Palacio Nacional, el set del Canal del Congreso en el Senado, o el hangar presidencial del aeropuerto.
Lo que me impresionó es la cantidad de dinero que se gasta en una visita de Estado de dos días. Los funcionarios vinieron en cuatro aviones: uno para el presidente y su gente más allegada, otro para los ministros y altos funcionarios, otro para los empresarios de alto nivel y otro para los periodistas y funcionarios de nivel más bajo como con los que trabajé. A toda esa gente hay que alojarla y se quedaron en dos de los mejores hoteles de la Ciudad de México. Se rentan camionetas con choferes para estar llevando de aquí para allá a los funcionarios, autobuses más grandes para los periodistas, camionetas para transportar el material y el equipaje de los invitados del aeropuerto al hotel y viceversa, etc. El lunes la presidencia ofreció una recepción para la comunidad francesa radicada en México en la que hubo alrededor de dos mil invitados. Después del discurso de Sarko hubo un brindis (en el que evidentemente él ya no estuvo), donde se ofreció champán y canapés súper finolis. Y eso es lo que gasta la presidencia francesa, porque uno de mis colegas que le echó la mano a otro equipo que estuvo básicamente en el Palacio Nacional me dijo que la presidencia de México también se gastó un dineral en la cena de Estado que les ofrecieron Calderón y su esposa a Sarko y a Carla.
El despilfarro en tiempos de crisis. Quizá por eso me indignó un poco que los medios hicieran del affaire Cassez prácticamente el tema principal de la visita. Está bien que un presidente quiera proteger a sus gobernados, pero de ahí a que el asunto se convierta en el eje de una visita que tanto dinero cuesta me parece excesivo. Bueno... quizá no tan excesivo como la atención desmesurada que los medios le dieron a la Bruni. Parecía más una gira de la ex modelo y cantante, que una visita presidencial.
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Estoy aprovechando estos días libres que milagrosamente me cayeron para actualizarme con la blogósfera. Espero poder estar más presente y no volver a abandonarla por tanto tiempo. Quizá las próximas entradas aún sean anecdóticas como ésta (he estado tan encerrada en la chamba que prácticamente de lo único que puedo escribir es de trabajo). Pero en cuanto me organice publicaré de nuevo entradas más del estilo de Tripodología Felina. :)
Estoy trabajando a distancia para una empresa española de traducción y localización. En una próxima entrada les contaré en qué consiste eso de la localización, ya que es todo un campo nuevo en el área de la traducción que, si bien no me apasiona como la traducción literaria, resulta muy interesante. Pero hoy quiero escribir sobre mi experiencia del fin de semana pasado.
Además del proyecto de localización, me han caído varias chambitas extras. El fin de semana, la Embajada de Francia me contrató para trabajar en la organización de la visita del presidente Nicolas Sarkozy a México. No soy intérprete, pero lo que necesitaban eran personas bilingües que pudieran echarles la mano con el idioma a diferentes equipos de funcionarios del Elysée (básicamente ayudarles a comunicarse con los mexicanos durante la logística de la visita).
A mí me tocó trabajar con el servicio audiovisual de la presidencia, es decir ,el equipo encargado, entre otras cosas, de producir todo el “montaje” para que el presidente aparezca ante los medios de comunicación. Como se trataba de técnicos (de audio, vídeo, sonido, etc.) eran muy buena onda y no tuve que lidiar con gente que se siente la última coca-cola del desierto sólo porque trabaja cerca de un jefe de Estado.
Fueron dos días (domingo y lunes) muy intensos y agotadores, pero muy interesantes. Nunca vi de muy cerca a Sarko ni a la Bruni, pero vi todo lo que se hace en el “backstage” para construir la imagen del presidente. Me enteré de un montón de cosas que jamás hubiera imaginado, como que la presidencia viaja desde París con dos toneladas de material audiovisual (bocinas, micrófonos, luces enormes como las que se usan en la televisión y en el cine, el podio diseñado para el tamaño del presidente, etc.), o como que ya le tienen la medida a cada presidente de cuántos lux aguanta para no deslumbrarse con la iluminación. También conocí lugares que de otro modo nunca habría conocido, como el salón de recepciones del Palacio Nacional, el set del Canal del Congreso en el Senado, o el hangar presidencial del aeropuerto.
Lo que me impresionó es la cantidad de dinero que se gasta en una visita de Estado de dos días. Los funcionarios vinieron en cuatro aviones: uno para el presidente y su gente más allegada, otro para los ministros y altos funcionarios, otro para los empresarios de alto nivel y otro para los periodistas y funcionarios de nivel más bajo como con los que trabajé. A toda esa gente hay que alojarla y se quedaron en dos de los mejores hoteles de la Ciudad de México. Se rentan camionetas con choferes para estar llevando de aquí para allá a los funcionarios, autobuses más grandes para los periodistas, camionetas para transportar el material y el equipaje de los invitados del aeropuerto al hotel y viceversa, etc. El lunes la presidencia ofreció una recepción para la comunidad francesa radicada en México en la que hubo alrededor de dos mil invitados. Después del discurso de Sarko hubo un brindis (en el que evidentemente él ya no estuvo), donde se ofreció champán y canapés súper finolis. Y eso es lo que gasta la presidencia francesa, porque uno de mis colegas que le echó la mano a otro equipo que estuvo básicamente en el Palacio Nacional me dijo que la presidencia de México también se gastó un dineral en la cena de Estado que les ofrecieron Calderón y su esposa a Sarko y a Carla.
El despilfarro en tiempos de crisis. Quizá por eso me indignó un poco que los medios hicieran del affaire Cassez prácticamente el tema principal de la visita. Está bien que un presidente quiera proteger a sus gobernados, pero de ahí a que el asunto se convierta en el eje de una visita que tanto dinero cuesta me parece excesivo. Bueno... quizá no tan excesivo como la atención desmesurada que los medios le dieron a la Bruni. Parecía más una gira de la ex modelo y cantante, que una visita presidencial.
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Estoy aprovechando estos días libres que milagrosamente me cayeron para actualizarme con la blogósfera. Espero poder estar más presente y no volver a abandonarla por tanto tiempo. Quizá las próximas entradas aún sean anecdóticas como ésta (he estado tan encerrada en la chamba que prácticamente de lo único que puedo escribir es de trabajo). Pero en cuanto me organice publicaré de nuevo entradas más del estilo de Tripodología Felina. :)
10 comentarios:
Ya te echaba en falta, aunque entiendo que hayas estado tan liada. De todas maneras, procura hacer como yo que, aunque también ando embrolladísimo de trabajo, intento escribir; te aseguro que relaja.
Me he quedado con ganas de enterarme de qué es eso de la localización. Un beso.
Querida Strika
Un gusto saber de ti y más que, en estos tiempos de catarritos transformados en tsunamis, tengas trabajo abundante.
Cuántas cosas aprende uno contigo. Yo, alguna idea tenía de lo que costaban los viajes presidenciales, y hasta de Ministros o Secretarios de Estado (el año pasado hubo una feria en Zaragoza España, y la pura renta del Stand de México costó 7 millones de euros; luego, la viaticada de los asistentes -incluido el Presidente de México- costó la friolera de 350 millones de pesos.
Del affaire Cassez, lo que más me indignó fue la cortedad de miras de muchos analistas; eso y la mirada lasciva -fotografiada en la primera plana de toda la prensa nacional- de varios Secretarios de Estado cuando iba pasando Carla Bruni... ahora si que, con el debido respeto, ni un trabajador de la construcción.
En fin, me da un enorme gusto tenerte de regreso y ya más tranquila
Besos
Hola Strika! Qué bueno que volviste! Muy interesante todo lo que contás de los entresijos diplomáticos. Yo ando medio desconectado también, tanto que ni sabía que el petizo ese había andado por México. A seguir trabajando que la vida es corta, la crisis larga, y los blogs pacientes.
Saludos!
si pues que te tocó de locos pero interesante para aprender sobre producción...
que suerte tenés de estar tan llena de trabajo aunque no me extraña. hasta la prox
Y después dicen que hay que ser austeros con la crisis, que la que se viene es de proporciones mayores a la del año 30. Un buen ejemplo.
Acá la esperaba, mirando de vez en cuando el lado derecho de mi blog para ver cuando actualizaba el post.
y ahora una preguntiña ¿ qué autor le gustaría traducir?
saludos
Wow, Strika, la chamba suena interesantísimo; con razon estabas ocupada. Esta experiencia, me imagino, fue tanto agotable como valiosa. Welcome back!
Miroslav: Sí, escribir relaja. El problema es que cuando te pasas más de 12 horas (sin exagerar) frente a la computadora, lo menos que quieres en tu descanso es seguir frente a la pantalla. He ahí la razón... Pero yo también los extrañaba y voy a intentar organizarme. Sobre la localización les hablaré en la próxima entrada, así que ya lo sabrás. ;) Un beso y gracias por estar.
Marichuy: Ja, ja, ja. A mí no me tocó estar en el Palacio Nacional a la hora del evento, pero sí en el Senado que estaba abarrotado. Al día siguiente escuché en la radio que una hora después del discurso de Sarko, ya no había ni una cuarta parte de los senadores. El comentarista dijo que quizás habría que pensar en hacer a Carla senadora, a ver si así los senadores sí van a trabajar. En fin. Gracias a ti también por estar aquí. Un beso
Ojaral: Sí, pero precisamente porque la vida es corta tampoco hay que pasarla trabajando. De vez en cuando, no hace daño visitar a los amigos de la blogósfera. ;) Un abrazo
T: Gracias, espero que tú también te llenes de trabajo pronto. Saludos
Mariano: Gracias por esperarme. Se siente relindo saber que algunos piensan en una. Sobre tu pregunta, pues no sé. La verdad es que la mayoría de los autores que me gustaría traducir ya están traducidos. Me encantaría, por ejemplo, retraducir a Truman Capote (sobre todo por fisgonear su prosa desde dentro). De los autores francófonos que me gustan, hay algunos que no están traducidos al español y para lo cual quizás algún día me gustaría conseguir una beca de traducción. Sobre todo hay un autor quebequés, que murió en los 70, que ya traduje (un capítulo de una novela suya) para mi tesina de traducción. A ver si un día de estos, hablo sobre este autor (Hubert Aquin) en el blog.
Beatrice: Sí, estuvo muy interesante. No me puedo quejar. Pero lo que me tiene súper ocupada es más bien la chamba de localización. Ya les contaré de qué se trata en la próxima entrada. Gracias por la bienvenida. :)
welcome back, muy interesantes datos y estare esperando los posts clasicos, aunque de este tipo estan bien tambien.
Y cual fue la razon de la visita?
SAludos
Stella
Harry: ¡Gracias! Pues pronto habrá entradas clásicas. De hecho, para fines de esta semana hay una sorpresa. ;)
Stellita: Ja, ja. Pues se supone que vino a firmar acuerdos de cooperación bilateral, pero una se pregunta si no habrán venido de paseo. Ja, ja. Gracias por pasar. Saludos
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