lunes, 15 de junio de 2009

Deadline

Últimamente mi vida se rige por deadlines. Este término inglés se refiere a la fecha limite o tope en la que un proyecto tiene que terminarse. Quienes trabajan en el ámbito de la edición, el periodismo, el diseño, la programación, la traducción, etc., saben muy bien lo que son esos plazos de entrega y lo agobiantes que pueden ser.

Si bien no me gusta mucho el pochismo cuando hablo o escribo, deadline es el término que suelo usar para referirme a esos plazos de entrega. Literalmente significa “línea muerta” y creo que es una buena metáfora para ese sentimiento de saber que se le viene a uno el tiempo encima cuando se acerca la fecha límite para entregar. Es una línea que no se quiere cruzar porque uno siente que, si la cruza, está muerto.

Pero ¿de dónde viene el término?

La palabra deadline apareció por primera vez en Estados Unidos como un neologismo que se refería a la línea alrededor de una prisión militar más allá de la cual los soldados estaban autorizados a dispararles a los prisioneros que intentaban escaparse. Según el historiador Benson John Lossing, en un libro sobre la historia de la Guerra Civil (1868), a seis metros del interior de la prisión estaba la “línea de la muerte”, después de la cual ningún hombre podía vivir. A los soldados se les advertía: “si cruzas esta línea, estás muerto”. Este término también aparece en un informe del Congreso de 1864.

Nada podría ser más enfático que una línea muerta o de muerte para designar un límite, así que los estadounidenses adoptaron el término para otras situaciones. Por ejemplo, el escritor estadounidense O. Henry escribió en 1909 sobre “cruzar la línea muerta del buen comportamiento”. En 1917, en un libro sobre imprenta, el término también se usó para designar la línea que marcaba el límite de la página, fuera de la cual el texto no se imprime.

Pero fue la jerga periodística, alrededor de 1920, la que hizo del término algo más que una curiosidad histórica. Para tener las noticias más recientes y aun así lograr que el periódico se imprima y distribuya a tiempo, es necesario que los reporteros trabajen con plazos muy estrictos. Pero los reporteros y escritores tienen muchas razones para pasarse de la fecha límite: síndrome de la página en blanco, bloqueo del escritor, perfeccionismo o simplemente la costumbre de dejarlo todo para el final. De esta forma, los editores buscaron los términos más fuertes posibles para contrarrestar estas tentaciones y establecieron los famosos deadlines con la implicación de que “la noticia está muerta si el reportero se pasa del plazo para terminarla”. Después de ese límite, no tiene sentido seguir escribiendo un artículo porque ya no se publicará y, por lo tanto, está muerto.

La época tan acelerada en la que vivimos ha vuelto indispensables esos deadlines no sólo para los reporteros y otros escritores, sino para casi cualquier tipo de actividad. Hay deadlines para terminar un trabajo, solicitar admisión en una universidad, participar en un concurso, pagar impuestos, rescatar rehenes y hasta para comprar un producto al precio de oferta. Sin embargo, aquellos que trabajamos a este ritmo delirante marcado por deadlines tendríamos que relajarnos un poco y aceptar que, a diferencia de los prisioneros de la Guerra Civil que cruzaban esa línea, hasta ahora no han matado a nadie por no cumplir con un deadline.

10 comentarios:

mario skan dijo...

las deadlines son un marcapaso que condiciona bastante. Continuamente bajo presión. También depende del grado de ansiedad que tenga el trabajador que esté en esas condiciones, quizá después del final, hay una buena remuneración y eso contribuye a no verlo tan negativo.
Buen post, ya se te extrañaba, saludos

marichuy dijo...

Querida Strika

Conocía el concepto, pero ni idea de su origen; gracias por ilustrarnos. Y bien dices, la deadline tiene tantas implicaciones. Casi todos estamos, de una u otra forma, sujetos a una deadline

"El síndrome de la página en blanco"... ¿Dónde he escuchado de eso? jeje.

Un beso y ya no te presiones tanto.

Miroslav Panciutti dijo...

Llevo un año trabajando siempre con inminentes y consecutivas deadlines. Siempre tengo una encima y, en cuanto se extingue (porque logro entregar a tiempo) hay otra que aparece casi inmediatamente. De todas formas, tienes razón en que no nos matan, aunque pareciera que a quienes nos las imponen les gustaría. En fin, no nos agobiemps demasiado. Un beso.

e. r. dijo...

hola strika!
ya se la extrañaba por acá.
hace rato que no trabajo con esa presión pero sin embargo la tengo todavía atragantándome. nada más horrible que la prensa escrita, por ejemplo, aunque en mi caso los plazos de entrega los viví más por los videos que me dejaron el recuerdo de cuatro días sin dormir más de 2 horas.
ojalá ya no pase. aunque nunca se sabe...
saludos

Miroslav Panciutti dijo...

Después de leer tu post, y por absoluta casualidad, veo un video que, justamente, se titula deadline. Quizá te interese echarle un vistazo (no está nada mal como ejercicio de grafismo). Un beso

http://www.youtube.com/watch?v=ArJYvaCCB3c

La Guera Rodríguez dijo...

HOla Strika!

Que a nadie han matado por cruzar la linea?..cierto...pero el estrés, ese silencioso enemigo moderno, nos va matando poco a poco cada dia.
He decidido hacer algo para que eso no suceda.

Besos!!

Sandra Strikovsky (Strika) dijo...

Mariano: Estoy totalmente de acuerdo contigo en que depende mucho del grado de ansiedad de la persona sujeta a los deadlines. Y bueno también, como dices, motiva el que haya una buena remuneración... pero no deja de ser agobiante. Saludos y gracias. Se siente bonito que la extrañen a una. ;)

Marichuy, querida: No creo que sufras del síndrome de la página en blanco y, si sí, no se nota. Un beso y procuraré no presionarme tanto. ;)

Miroslav: El problema en mi caso es similar. En cuanto termino con un deadline, ya está otro encima. Eso es lo que vuelve estresante el asunto. Lo bueno es que también tengo semanas tranquilas, como ésta. ;) Gracias por el vídeo. No está mal, aunque la música me sacó de quicio. :S

Ever: Gracias, yo también los extrañaba. Ojalá no tengas que volver a trabajar bajo esa presión.

Diana: Tienes toda la razón. El estrés es el que nos mata, poco a poco. Unámonos contra ese asesino silencioso. Creo que la única forma es relajarse y no dejar que ese cabrón haga lo que quiera con nosotras... Un beso

Besos y abrazos a todos

Enrique dijo...

Hola Strika
Respecto a lo que mencionas del origen de la palabra deadline y su connotación militar y territorial, también me vino a la mente la palabra deadzone, que era utilizada con el mismo fin.
En torno a lo del llamado deadline en el trabajo editorial, si bien es cierto que a nadie matan por no cumplir con este plazo, mucha gente va muriendo poco a poco por tanta presión, estrés y horas sin probar alimento o incluso ir al baño. (Conozco muchos colegas con gastritis y hasta problemas de presión arterial debido a su trabajo).
En el caso de los diarios, donde los tiempos son mucho más acelerados que los semanarios u otras publicaciones, el tiempo de entrega es vital para el periódico.
Aquí ya no se habla de días o semanas de plazo, 5 minutos tarde puede representar que una nota ya no se publique.
Te mando un abrazo

jnj dijo...

No conocía el pochismo ni vuestra terruñera acepción de 'pocho'. Gracias, Strika, por alumbrar mi peninsular ignorancia.

Un beso.

Sandra Strikovsky (Strika) dijo...

Enrique: Sí, como dice Diana, el que nos mata es el estrés, ese silencioso asesino moderno. Afortunadamente no trabajo en un periódico, porque creo que ya me habría muerto de un infarto. En realidad en mi trabajo no pasaría nada si no cumplo con un deadline (salvo que el cliente o la empresa se enoje y quizá me quiera descontar algo), pero soy tan obsesiva que me esmero por hacerlo.

Juanjo: Me da gusto haberte aportado algo nuevo. ;)

Sendos abrazos