Ayer, mientras estaba en el cine, unos ventarrones azotaron a la Ciudad de México sumergiéndola en el caos total. Y yo, ni enterada. Cuando salí del cine a eso de las 7 y media, eso sí, vi con sorpresa que las banquetas estaban mojadas como si hubiera llovido. Reforma era un caos vial, avenida Chapultepec ni se diga. Pero por la hora no me pareció anormal. Seguí caminando, mientras los automovilistas, microbuseros y taxistas mentaban madres y tocaban cláxones como degenerados. Cuando llegué a la avenida Durango, la calle estaba sumida en la oscuridad. Hasta me dio miedo y, como precaución, decidí caminar por donde los coches y no en la banqueta. Conforme avanzaba me di cuenta de que el apagón había afectado varias cuadras. Pasé por el Café de Lupita y estaba a oscuras. Había mucha gente, de hecho, muchos de los parroquianos, departiendo alegre y despreocupadamente bajo la luz de las velas. No tenía muchas ganas de socializar, así que me fui a casa. Pensé que tendría que subir por las escaleras y encender velas. Pero curiosamente, cuando llegué, había luz en el edificio. Sí subí por las escaleras, pero como mera precaución y temor claustrofóbico a que se fuera la luz justo cuando tomara el elevador. Encontré mi casa como si no hubiera pasado nada. De hecho había olvidado mi compu encendida, y así la encontré. Y aunque creo que sí se fue la luz porque la hora del horno de microondas se había desconfigurado, no debió de haber sido por mucho tiempo, de lo contrario mi compu se habría puesto a hibernar. Así que ya no reparé más en el asunto.
Hoy, abro los periódicos y me entero de que la ciudad se vio azotada por un fenómeno meteorológico llamado célula convectiva (en mi vida había escuchado ese nombre) que provocó lluvias, fuertes vientos y tormentas eléctricas. Como saldo, se cayeron más de 30 árboles en tres delegaciones, 20 espectaculares en el Periférico y en Constituyentes fueron derribados por los vientos, seis vuelos tuvieron que ser desviados en el Aeropuerto, se cayeron postes de luz, se descompusieron varios semáforos, hubo apagones en casi toda la ciudad y algunos municipios aledaños, hubo choques y creo que hasta tres muertos.
Y yo ni enterada...
Hoy, abro los periódicos y me entero de que la ciudad se vio azotada por un fenómeno meteorológico llamado célula convectiva (en mi vida había escuchado ese nombre) que provocó lluvias, fuertes vientos y tormentas eléctricas. Como saldo, se cayeron más de 30 árboles en tres delegaciones, 20 espectaculares en el Periférico y en Constituyentes fueron derribados por los vientos, seis vuelos tuvieron que ser desviados en el Aeropuerto, se cayeron postes de luz, se descompusieron varios semáforos, hubo apagones en casi toda la ciudad y algunos municipios aledaños, hubo choques y creo que hasta tres muertos.
Y yo ni enterada...
2 comentarios:
Me gustó leer tu blog. Ese trato amable y cercano con el que te diriges a los otros engancha. Felicitaciones.
Muchas gracias por tu comentario y, sobre todo, por leerme.
Un saludo
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